SUBIÓ UN PERIODISTA AL CAMPO...

 

    Subió un periodista al campo (en portada y dos páginas en el interior), y esto fue lo que vio:

 

+ "... paisajes de gran belleza..."

+ "... lluvias caídas en las últimas fechas..."

+ "... las presas rebosando...."

+ "... espectaculares caideros..."

+ "... lo negativo de las precipitaciones: la arena que ha perdido Maspalomas..."

+ "... inigualables estampas de agua corriendo..."

+ "... la bendición de campos regados..." 

+ "...

 

    Lo que no vió el periodista (obviamos su nombre y medio), fue:

 

- El campo vacío de ganaderos y agricultores, señal de muerte, y que con paisajes solo no se vive y come.

- Que las lluvias caídas, no llenan estanques, porque ya no hay quien aliste una acequia para recoger aguas que ya no riegan ninguna finca.

- El campo lleno de maleza por todas partes, y la mayor de toda -y en la que abundan y siguen- los pinos esterilizantes y envenenadores del terreno, los únicos beneficiarios de las aguas rebosantes de las presas.

- La imagen de vacío, de depresión, tristeza y soledad, que da no ver un alma en los campos sino a los del seprona, cabildo, medio ambiente, bomberos, etc., pero ni un solo pastor que produzca algo.

- Lo positivo de las lluvias, por si se anima el cabildo a dejar pastar al poco ganado encerrado que hay, a que salga a comer yerbita, que se vuelve verde el campo -de comida para los animales- a rabiar.

- La tétrica mirada de susto y miedo del que coge un puño p´la cabra, no sea que alguien lo denuncie, porque todo-todo está protegido (lechuguillas, vinagreras, escobones, etc.), ¡será para que arda en verano! Entonces saldrá otra vez el mismo periodista a decirnos el campo está todo seco, como si no fuera lo normal, al igual que en invierno mojado.

- la maldición de un campo vacío, de unos políticos que no fomentan la agricultura y la ganadería y a la hora de reforestar, solo piensan en acebuches, madroños, viñátigos, etc., en lugar de higueras, castaños, nogales, etc.

- ...

 

Tampoco vió el campo abandonado:

    El Padre Báez, que sale todas las semanas (los Domingos) al campo, para: trabajar en él, comer fruta y hortalizas, regar, plantar, hacer paredes, podar, injertar, limpiar, arrancar maleza, etc., etc. Me vuelvo con: agua, limones, nueces, castañas, jaramagos, naranjas, pimientos, etc., etc.