Me refiero a las cabras, y no tanto porque unas estén encerradas -las cada vez menos que hay-, y las otras sentenciadas a muerte por el delito de andar libres por los riscos, lejos de la sociedad, sino que un servidor, creía, que ilegales eran los inmigrantes, que sin papeles, se nos colaban, por tierra, mar y aire; y resulta que no, que las que son ilegales, son las cabras, que entrando por cayucos y pateras, por barcos o/y naves en los siglos pasados con los guanches, llegaron y entraron sin papeles, y hay que regularizarlas a todas; y ello de tal manera y forma, que si ud. tienen una cabra -escondida- sin declarar que la tiene, esa su pobre cabra, es una cabra ilegal, y ud, urgentemente ha de tomar la medida de ponerla en papeles.
¡Manda leche!, que ud. no pueda tener una cabra, porque si no la legaliza, su cabra es una ilegal, y como tal puede ser expulsada del territorio. Así que la dirección general de ganadería del gobierno de canarias -todo con minúscula (por tratar a las cabras, como a las personas)- quiere -manda y ordena- que se legalicen todas las cabras; ellos quieren saber el número exacto de ganado que tenemos, y que no haya ninguna cabra clandestina; razón por la cual hay que legalizarla o darle papeles (¡esperemos no se los coma, como las del cuento de Pepe Monagas, que comía periódicos -al no dejarlas comer la hierba- y como eran ingleses -los periódicos-, balaban en ese idioma!).
¡Vamos, que se lo explico mejor! Cada cabra, ha de tener un expediente abierto.
Otro dato importante: si ud. tiene una cabra, para no morirse de hambre, y porque esa es nuestra más rica tradición, algo inseparable del ser canario (o guanche), el hecho de ser dueño o amo de una cabra, a ud. se le considera un explotador; o ud, es dueño de una explotación. Y el Gobierno quiere saber: qué leche le da el animalito de Dios, las crías que tiene, o tenga o tuvo, la cantidad de estiércol que produce, lo que come (piensos, restos de la mesa, afrecho o empajada), es decir un control exhaustivo.
Y claro, toda vez, que se trata de una norma, tarde o temprano, a ud. lo van a pillar (por denuncia, por visita, por casualidad…), y ante el hecho de ser una cabra ilegal -la suya-, tendrá que pagar las consecuencias, que puede ser regularizada a la fuerza, secuestrada, o ¡vaya ud. a saber! Por de pronto, la multa, no hay quien se la quite, y a saber, si los beneficios económicos de haber tenido una cabra, llegan a la altura de la sanción. Tal vez tenga que vender la cabra, para pagar por ella, al no ser legal.
Y, hay más: dése ud. prisa, porque abierto el plazo, como ud. llegue tarde, puede que se cierren el plazo, y tenga también que pagar multa al hacerlo ya fuera de fecha. Porque ¡vamos, no pienso la vaya a tener en su alcoba (aunque esto, en otro tiempo fue así, que no se dormía lejos de las cabras, al considerarlas como de la familia [en Cuba, se tenía hasta a los cochinos, debajo de las camas])!
Así que, un servidor le anima a ud. pobre cabrero -por más que solo tenga una cabra- a que el animalito sea legal, y pase ud, por donde tenga que pasar -cosa que no se, pero “preguntando se llega a Roma”, que dice el refrán-.
Según tengo entendido los de Gesplan, además de plantar la isla de tabaibas, beroles, retamas, cardones (cardones y tabaibas, también dan leche [no se si se hace queso de esas leches, y si es mejor que la de las cabras]), también lleva la gestión (ges de Gesplan), tienen un plan (plan de Gesplan), que tienen un equipo -¡no de fútbol- de estos asuntos de la tierra donde pueden haber y estar las cabras, y se preocupan de la salud de las cabras (por eso obligan a que estén encerradas, para que no cojan infecciones), que llevan un seguimiento de las cabras, y le asesoran a ud. -¡pobre batata, que no sabe sino hacer mal una choza!- sobre cómo hacer una obra bien hecha, con calefacción y todo, por si el invierno es crudo, y de aire fresco para el verano y no se le asen las pobres cabras -o cabra- si es verano duro o fuerte. Porque no se olvide: la cabra, no puede estar como antes: ni suelta, ni en su choza o chupenco, ni mucho menos en su habitación o casa, sino en una instalación según la legalidad (¿…?).
Pero, lo bueno viene ahora, pobre cabrero, por más que no tenga sino un ejemplar caprino -o de otra clase de animales (porque esto, va más allá de las cabras), que si ud. va a legalizar su animal -sea lo que sea (oveja, burra, becerra, camella, etc., (que den leche)-, le puede pasar lo siguiente: que le digan, que ahí, donde ud. la tiene, no la puede tener, y tiene que tenerla en otro sitio, donde ellos le marquen o digan, con lo que a lo mejor, ud. decide quedarse sin cabra e ir a comprar leche en la tienda de siempre o área comercial que le vende algo blanco y que dicen es leche (¡si de coneja!).
Así, que: no todas van a ser legales o legalizables (¡lo siento por ud!). Son cosas del ordenamiento jurídico (¡…!).
Nada, que el objetivo es legalizar todas las cabras, porque hasta ahora, todas eran ilegales (¡bueno, casi todas!).
Y ahora, para ir terminando, una broma: resulta, que, el gobierno, le subvenciona, para que ud. se modernice -su explotación-, y haga un edificio para su (o sus) cabra (o cabras). ¡Toma dinero! Eso, si pasa el informe previo el Gesplan (presupuesto, medidas de urbanización, sanidad animal, medioambientalidad, etc.), y es aprobado.
Lo último ya -por ahora- es que le van a registrar, a ver si ud. tienen registrada su cabra, para ver si se la puede o no legalizar, porque hay unas leyes de urgencia de medidas de leche, y hay que inscribir a las cabras, en un registro de explotación ganadera (en plural).
El Padre Báez, que ve cómo se acaba con lo que es una tradición, y a la que le ponen pegas, para acabar con ella. Hace tiempo ya, no se oye aquello de “buscar un puño p´ la cabra”. Dentro de poco, habrá que ir a un zoológico, para saber y ver a una cabra.
PD.- Si se encuentra ud. con una cabra (¡vamos al cabrero!), pídale los papeles, a ver si es legal la machorra. Puede, que la cabra sea ilegal. Antes, criar una baifa, era tener una vaca de pobre; ahora, ¡pobre el que tenga una cabra! ¡Lo vuelven loco!
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