Le cayó una piedra, y nunca antes, le vi tan dolorido. Nunca antes, le vi más humano; casi solo le faltó llorar. ¡Cómo miraba la herida! Aquello fue, peor que una tragedia.
Cierto, se pasa los fines de semana, en sus tierras; él vive en otro pueblo, distante más de una hora en coche de distancia; y estando en su Supermercado, en el que trabaja, siempre que puede, aunque sea entre semana, se escapa, para plantar algo, ver, regar, hacer..., ¡siempre tiene algo que hacer! y suele repetir con frecuencia: "la tierra nunca da descanso; siempre hay algo que hacer!"
Y así, tiene plantado casi de todo (frutales y hortalizas): limoneros, perales, manzanos, olivos, cirueleros...; planta papas, tomates, millo, habichuelas...; y por sí, la tierra le da jaramagos, halabazas, cardos (que los gusta); también: hortigas, trebolina, relinchones, etc. Le tiene la guerra declarada a los escobones, nacen traídos por los pájaros o viento desde los de en frente. Lucha contra las pitas; deja las tuneras; no le faltan parras, tiene nogales (¡un nocedal) castañeros, etc.
Pues, con permiso, ha reforzado las paredes; y, prepara un cuarto (tiene un "apartamento" [apartado, sí que está]). La música de mirlos, capirotes, pintos, etc., no falta en todo el año; las perdices, los conejos, y otros, son sus vecinos; los grillos -¡no mata ni uno!- son muchísimos.
Que hay un cercado arriba, otro abajo, un tercero intermedio, y está el terraplén, a donde ha ido a parar la limpieza y el llaneado de los otros, con una pendiente de 50º de inclinación (más o menos) y toda vez que es terreno aprovechable, como que ha hecho hasta cuatro "pasillos" de unos dos metros, escalonados, donde ha plantado higueras, moreras, castañeros, etc.
Y henos aquí, que en el rincón del cercado de abajo, donde un nogal primoroso, y el mejor situado, en un barranquillo, justo a él, le vino a caer, una piedra, que se desprendió de una pared, que descubrimos, para formar uno de esos tajos, y fue a parar al tronco del nogal -nogal que este año, le dio 30 nueces- y le quitó una cáscara, desnudándole parte del tronco y dejando en evidencia la parte leñosa del mismo, herido. Pasa, que no es el primer golpe que se lleva... y se produjo, lo del comienzo:
Le cayó una piedra (al nogal), y nunca antes, le vi tan dolorido (a mi hermano). Nunca antes, le vi más humano; casi solo le faltó llorar. ¡Cómo miraba la herida del nogal! Aquello fue, peor que una tragedia. Y entonces, como si de alguien -persona- se tratara, dijo repetidas veces: "¡pobre, pobrecillo...!", mientras lo miraba, con gran pena.
Le dije: "¡bueno, pero eso no significa nada, él sigue vivo!", y me contestó: "¡sí, pero con esa herida (o marca)!"
Ciertamente, quedé sobrecogido, que la herida a un árbol le causara, tanta pena y dolor.
Sucedió el Domingo -día del Señor- 19 de diciembre del 2010, sobre las 14,00 horas. Hay, quien ama a los árboles.
El Padre Báez, que de ordinario, cada Domingo, le ayuda en esas faenas, con carruchas, tractores, cubos de tierra, picos, azadas, serrucho, podadera, plantando, regando, etc.
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