De entrada, la solución económica, no pasa por el turismo; el turismo fue quien trajo la desgracia de la agricultura, la ganadería, el paisaje, el cemento, la corrupción, los vicios, etc., etc.
Actualmente, a los políticos se les llena la boca diciendo saldremos de la crisis, del hambre y del paro abriendo los brazos -y algo más- y destrozando más la isla, para los turistas.
Los turistas que nos vienen son fósiles, son viejos, son pobres, son enfermos, son una desgracia, son borrachos, son viciosos, son grasientos, son antiecológicos, son miserias.
Todo el poco dinero que traen, -mejor, vienen sin dinero-, y todo lo tienen pagado en el hotel y fuera del hotel, no gastan ni un céntimo; se les pasa el tiempo mirando, viendo, pero sin comprar absolutamente nada.
Comerán de ellos, los cuatro hoteles que hay en la isla, dedicados a ellos, pero para los pueblos del interior, la capital, la gente del campo, y en general al pueblo, no llega de ellos, ni migajas, sino sus mierdas.
Lo único que dejan es: las playas contaminadas de protectores solares, las basuras por los contenedores, sus enfermedades en los hospitales gratis, y condones usados (esto es la nueva Cuba).
Todo lo proyectan para turistas: puertos, aeropuertos, campos de golfos (golfs, ¡se me coló una “o”!), carreteras, nuevos hoteles (dicen de “calidad”), y el turista-turista, no viene, sino cuatro ancianos.
La mayoría, vienen a hacer senderismo, y ni siquiera alquilan -como antes- las guaguas, que les enseñaba la isla (cuando la isla tenía algo que ver: agricultura y ganadería), ahora no ven ni una oveja ni por casualidad.
Hay que ser ingenuos, mentirosos, tener otras intenciones, engañarnos para seguir con el cemento, etc., para decirnos, que esos enfermos y ancianos, borrachos y viciosos, nos van a dar de comer.
Nos dan: humillaciones, vejaciones, desprestigio, rabia, nos contagian sus enfermedades, nos lo dejan todo hecho una mierda, basura; no dejan ya, ¡ni la propina!
La crisis desaparecerá -no con el turismo- sino volviendo a cultivar el campo, y a cuidar del ganado, desprotegiendo las hierbas o yerbas, desapareciendo el Miedo Ambiente y el cabildo.
Una isla, unas islas, una comunidad autónoma, no puede vivir de esperar que nos vengan a visitar, a tumbarse al sol, como lagartos los que nos vienen, contaminando las aguas del mar y las arenas.
El turista culto, rico, educado, hace tiempo desapareció; ya no se les enseña -nunca se hizo- nuestro patrimonio arqueológico y nuestra cultura guanche; los que vienen nada de esto piensan, ni quieren saber.
Canarias no sabe ni inglés, para hablar con ellos -que tampoco hablan espakistaní-, encima les ofrecemos un carnaval hasta y después de Semana Santa, y se ríen de nosotros, nos toman por tontos y salvajes.
Al turista muerto de hambre que viene a comer aquí, de forma muy económica, se asusta cuando le ponen a comer los productos que ellos mismos cultivan, y nada le ofrecemos de lo que no cultivamos.
El tiempo pasa, sin poner solución al campo, y la única solución política, es hacernos esperar a que venga el turismo; y cuando el turismo venga, ya se habrá acabado la crisis, porque según ellos, nos salvan.
Estos totorotas, están preparando un tren, para que los turistas vayan desde el Puerto a Maspalomas, y los trabajadores en la cosa turística también, cuando ya no vienen, ni van a venir los turistas.
El turista se ha ido, porque fueron explotados, les cobraban por una botella de agua, lo que por una cuba; por un bocadillo, lo que por un almuerzo-cena, y encima: son robados, golpeados, asesinados…
La inseguridad, la masificación, la inmigración, han sido las causas principales y únicas, que los han espantados; nunca fueron la solución de, ni para nada, sino que ahora ya no van a volver.
Y no vuelven, porque Marruecos, no les da inseguridad, ni inmigrantes, ni explotación; además no están encementados, y tienen playas más soleadas, con desiertos, con puestas de sol…
Los moros, son más bonitos, más baratos, y más buenos; tienen las tres “b”; también las tenemos nosotros, somos los más burros, los más brujientos y los más bajos (u ordinarios).
Malo, cuando el que nos preside, además lleva el área del turismo; harán campañas, promociones, harán obras pensando en ellos (aunque no van a volver), pero mientras nos engañan.
El turista nos salvaría de la crisis, si fueran turistas jóvenes, y vinieran a enseñarnos a segar, sembrar, surcar, plantar, cavar, arar, picar, estercolar, regar, podar, injertar, quemar, limpiar, canalizar, etc.
El turista no viene a trabajar, que es lo único que genera dinero, economía, comida; si no trabajamos, ni trabajan, Cáritas nos seguirá dando de comer, pero no el turismo.
Ningún turista viene a cuidar del ganado; tampoco vienen a dedicarse a la agricultura, si esto hicieran los turistas, sí que nos darían de comer y hasta sobraría para ellos y para la exportación.
Pero, si ni ellos trabajan, y nosotros tampoco, de la crisis nos sacarán los cuatro viejos, que aún plantan papas, y a escondidas tienen alguna cabra; estos sí, que nos salvarán del hambre y de la muerte por inanición.
El turismo fue lo peor que nos sucedió en la Historia, nos siguen desgraciando y nos desgraciarán en el futuro, porque el turista se salva, pero no nos salva; nos utiliza, y eso es degradante, inhumano.
El turismo fomenta la vagancia, la pereza, la falsa esperanza, y solo somos la cama y el abrigo, para los que huyen del frío, y vienen a ponerse rosados, ¡y nada más! Nos dejan sus excreciones, mocos, gases, escupitajos, semen…
El Padre Báez, que no quiere saber nada de turismo, ni de turistas.
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