La plaga de tabaibas…
“… una vez salió un sembrador a sembrar. Y al sembrar,
unas semillas cayeron a lo largo del camino; vinieron las aves y se las
comieron. Otras cayeron en pedregal, donde no tenían mucha tierra, y brotaron
enseguida por no tener hondura de tierra; pero en cuanto salió el sol se
agostaron y, por no tener raíz, se secaron. Otras cayeron entre abrojos;
crecieron los abrojos y las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron
fruto, una ciento, otra sesenta, otra treinta… » Mt.
13,1-9.
… peor que la de serpientes. Tan invasión es la de una,
como la de las otras. A ambas, el turismo rehúyen. Y ambas se van a cargar el
turismo. Tan venenosas o peligrosas, son unas como las otras. La proliferación
de los ofidios y las tabaibas, han destrozado el ecosistema, que alcanza ya a
toda la isla, sin que haya freno posible de ninguna de las dos. Y es que a
ningún turista le va a ser grato que tomando el sol o haciendo senderismo, le
aparezca una serpiente venenosa y se cruce solo con la no menos venenosa
tabaiba. Ningún interés económico causan a la isla la tabaiba, y menos las
serpientes, y de ambas estamos más que bien servidos, sin que se logre frenar a
las serpientes y mucho menos a las tabaibas. Nadie mueve un dedo para erradicar
a la venenosa tabaiba y todo intento de hacer otro tanto con las serpientes es
tiempo y dinero perdido. Vamos a tener que vivir irremediablemente rodeados de
tabaibas y serpientes; ¿y es esto un paraíso?, ¿acaso destino turístico para
nadie? A la par que desaparece la agricultura por culpa de la tabaiba, la
enemiga número uno de la flora; la serpiente se encarga de exterminar la fauna
menor, como lagartos gigantes y otros. Se expanden y proliferan serpientes y
tabaibas, en lugar de cabras, ovejas y vacas; prefieren tabaibas a papas,
lechugas y coles. Es el cabildo que tenemos que a favor del turismo, multa a
todo aquel que atente contra el medio (plantar comida o tener animales
domésticos y lecheros). Les daremos zumo de tabaiba a los turistas con unas
gotas de veneno inofensivo de serpientes blancas, como la leche de las tabaibas.
Serpientes de dos metros, y tabaibas que se agigantan con el tiempo, toda vez
que no se las puede ni tocar, crecen y crecen y no parean de crecer. El turismo
descenderá, hasta desparecer, ¡ya lo verán! Y todo por la cabezonería de vivir a
costa de las multas por daño a las tabaibas. A sus sombras, viven esperando
lagartos, las serpientes. ¡Lo que esto era, y lo que es!
El Padre Báez.
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Andamos sin
ganados, y a menos que
vamos. Ahí quedan cuatro vacas, que las pasean por todas las ferias, las llevan
a todas las ronerías, en carrozas, y en carretas por todas las Fiestas, y siendo
las mismas, viéndolas por todas partes, parece como si una cabaña superior
tuviéramos, y repito, son cuatro, que nos las pasan cuatrocientas veces por
delante de las narices, y creemos son cientos y la madre, y no pasan de cuatro.
Y, para esas cuatro vacas que nos quedan, le compramos al continente la comida o
yerba, como si aquí no tuviéramos yerba para hasta exportar, pero es lo que hay:
cuatro vacas y le traen la comida de fuera, con lo que es una ruina, a no ser
por los premios que las cuatro reciben en todos los eventos a los que van o las
llevan, y que precisamente por eso, por estar todos los días subidas en camiones
que las llevan y traen, ni leche dan y solo dan pena verlas al sol y tirando con
cadenas que les hacen sangrar las patas al tirar de unos rastrillos con sacos de
cemento encima. Pero esta es otra, que se les escapa al seprona y a los
defensores de los animales, que nada les importan traguen sol por un tubo, y les
jodan las patas con esas cadenas. Que lo grave está por venir, con serlo lo dicho, que -repito- tenemos
hierba para alimentar incendios por varias semanas seguidas, y no les dejan
probar esa hierba a los animales, que les traen la comida de fuera, que,
teniendo la mejor tierra y el mejor clima del mundo, nada producimos para comida
de personas y de animales, auque para estos nace espontáneamente, pero no la
dejan segar, para que compren yerba mala de fuera, pero ese es el negocio de
quienes yo me sé, y ustedes también. Y pasa, que sin animales, toda la leche y
queso que tomamos o comemos tiene que venir de fuera, con todo lo que ello
supone, al margen que sea menos fresca y de peor calidad. Quesos de fuera cuando
el nuestro en todas las exposiciones del mundo se hace con medallas de oro a la
mejor calidad del mismo, y ni te lo venden aquí –porque no hay producción
suficiente-, y mucho menos se le exporta por no tener ya casi ni rebaños que den leche. Es decir, comemos queso de
fuera, que encima es ayudado o subvencionado, con lo que el poco que se produce,
no se puede ni vender al tener que perder por ser más caro y no tener ayuda, y
porque no hay o tenemos. Y eso que Europa nos ayuda para producir queso de aquí,
pero no sabemos que rumbo cogen esas ayudas, aunque lo imaginamos y no lo
podemos decir. Pero es el caso de las grandes superficies, las que ahogaron a
las pequeñas tiendas nuestras, que nos inundan con sus productos traídos de sus
países de origen y desprecian totalmente lo nuestro, si bien lo utilizan como
cebo alguna chuchería, pero sin trascendencia, salvo el paripé de hacernos creer
venden productos de aquí, pues vas a dichas áreas y todo lo que ves es de ellos
y de fuera, salvo algo testimonial y ridículo, cuando no falsificado. Así, lo
poco que producimos, no lo vendemos, ya que a los grandes centros los proveen
desde fuera, y es a los que les ayudan desde dentro y no a nosotros, para
hundirnos totalmente. Y así se explica seamos los mas pobres y los que menos
trabajo tenemos del mundo. ¿Acaso son frescos los huevos que vienen de fuera y
ninguno de dentro? Pues hasta eso, que como dijo el otro: ¡manda güevos! ¡Ni los
huevos son nuestros ya! Las multinacionales son dueñas del archipiélago y
construyendo y abriendo más y nuevas grandes áreas comerciales, que con el
engaño de que crean puestos de trabajo, crecen de día en día los que tocan a las
puertas de las Iglesias solicitando comida a Cáritas, por todas las parroquias
de la Diócesis. Los políticos que tenemos ni siquiera defienden al productor del
mejor queso del mundo. Y es que así, no se pueden crear puestos de trabajo, al
no producir, ni exportar nada (cosa que pudiéramos si hubiera una política que
ayudara a nuestro sector primario, pero andan muy ocupados entre el fútbol y el
carnaval, y así el personal embobado, idiotizado, drogado. Y, aquel desgraciado
que todavía se resiste y sigue con su ganado, aunque venga a menos, mal vive y
acosado, sin ayuda y multado por los cinco costados. Unos políticos que Podemos
desbancará -¡gracias a Dios!-, porque solo hacen pedir dinero, dineros que luego
no llegan, porque se quedan por el camino en bolsillos desviados. Y como al
perro flaco le van -encima- las pulgas, ahora hasta sin tomate. Repito, ya nada
exportamos desde aquí, y para todo esto dos señores, hoy con nombres y
apellidos, que se llaman y son ellos Juan Pedro Dávila y Francisco Santana
Melián, uno consejero del Gobierno y el otro Consejero del cabildo, y a ambos
esta pregunta al aire, pregunta sin respuesta: ustedes dos, ¿qué hacen?
El Padre Báez.todo
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