Las tabaibas, lo ocupan
todo…
… tras un tiempo en el que estuvieron controladas, y
todo el mudo las arrancaba si les molestaban o se nacían en lugares inadecuados,
se ha pasado a una total permisividad y hasta tal punto que las encontramos
-como se suele decir- hasta en la sopa. Y es el caso, que han vuelto las
tabaibas y regresan para enseñorearse y “gobernar” el Tabaibal (o lo que antes
era Canarias). Ello es posible por el cargo que les otorgan los distintos
partidos políticos -que como es público y notorio-, las apoyan de forma
descomunal y exageradísima, dado que gracias a ellas, éstos gobiernan (saben que
con las multas y sanciones, cobran los distintos trabajadores o plantilla
cabildicia, sus nóminas). Poco importa la isla (e islas), no se desarrolle,
mientras ellos cobren; nada importa las multas sean totalmente injustas, pero
son para ellos poder sobrevivir indispensables y necesarias; a tal fin no
toleran el menor daño ocasionado a una de las cuatrillones de ejemplares que hay
por todas partes o/y lados; por todo ello, la prosperidad de las tabaibas, es
algo sin parangón en el mundo; así, pues, las tabaibas, han cambiado la isla por
una isla distinta, desconocida, nueva, diferente; y no precisamente el cambio
tabaibero ha sido para nada mejor, sino para todo lo contrario; aquí ya casi no
se puede vivir, ante la invasión de la invasora tabaiba que lo invade todo; por
ello, se ha logrado esta isla sea la cola del mundo, y nadie nos gane en
degradación, retroceso, pobreza, marginalidad, fracaso, paro, etc., etc.; el
campesino, tiene en las tabaibas a su peor enemigo; se pierde lo tradicional en
costumbres y sabiduría, con la muerte del sector primario que las tabaibas le
proporciona; el despilfarro de dineros en proteger, vigilar, defender, etc., a
las tabaibas, es algo que clama al cielo; ejércitos cabildicios que torturan al
pueblo, que amedrentado no se atreve a coger una azada, ni por casualidad; muere
el campo, de la mano de las tabaibas y de sus defensores (el
cabildo)…
El Padre Báez.
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Mirando a las tabaibas…
¡cuántas muertes han costado!;
¡cuántas multas por “daños” a las mismas!;
¡cuántas tensiones han provocado!;
¡cuántas protestas no escuchadas!;
¡cuántas injerencias en lo privado!;
¡cuánto miedo han sembrado!;
¡cuántos riesgos reprimidos!;
¡cuántas disposiciones venidas de fuera!;
¡cuántos problemas han creado!;
¡cuánta justicia callada ante gritos de injustitas
tantos!;
¡cuánto paro por su culpa!;
¡cuántas discusiones perdidas!;
¡cuántos desesperados!;
¡cuántas autoridades en contra del campesino y a favor
de ellas!; ¡cuántos abusos!;
¡cuánta importancia otorgada a una planta que nos mata a
[hambre!;
¡cuánto dominio de la tabaiba!;
¡cuanta violencia retenida, contenida, frenada…!;
¡cuanta corrupción mantenida!;
¡cuántos episodios ocurridos!;
¡cuanta polémica desatada!;
¡cuánta inestabilidad!;
¡cuánta democracia malograda!;
¡cuánto gobernante tabaibero!;
¡cuánto personal cual ejércitos!;
¡cuánta patrulla de vehículos derrochadores de
combustible!; ¡cuánta incapacidad en los
agentes!;
¡cuánta falta de moderación y sensatez!;
¡cuántos caminos cerrados y fincas inaccesibles por
ellas!;
¡cuánta regulación innecesaria y estúpida!;
¡cuántas férreas disposiciones!;
¡cuánto freno para poder salir adelante!;
¡cuánt@…
El Padre Báez.
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