Tabaiba asesina…
… asistimos a la muerte de la agricultura, y ello por culpa de la tabaiba
que impide su desarrollo a la primera. Todo aquel que se arriesgue a cultivar
algo, ha de hacerlo de forma clandestina, a escondida, con miedo, de noche,
aprovechando la oportunidad. En este proceso, participa el cabildo de forma
preeminente. Por atentar contra la vida de una tabaiba, puedes ser encarcelado
y multado, cual si delito de gravísimo crimen o atentado ecológico se tratara.
Ya la agricultura está cada vez más cerca del cementerio. Los campesinos pasan
por un verdadero Vía Crucis, sin encontrar la paz. La agricultura, vive un
arresto tal, que nada produce. Todo esto dirigido y orquestado por el cabildo.
Nadie se arriesga a ser sorprendido por los agentes del mismo, que sancionan y
multan por nada y por todo. De tal forma y manera, que lo mínimo que se
cultiva, pasa por la clandestinidad y ocultamiento; son muchos los que han
pasado por la cárcel, y otros tantos los que han conocido el suicidio, dejando
viudas, huérfanos, etc., por no poder hacer frente a las multas (y cárcel), por
intentar cultivar algo, sin permiso y abrir limpiando el camino de siempre a la
tierra de pretendido cultivo, cosa que al fin no pudo, porque siempre al 100 %,
es impedido y castigado. Ahora mismo, salvo testimonial y residualmente, no
tenemos agricultura (tampoco ganadería). No se ve, ni se notan aires de cambio,
sino a peor y a más. Lo que antes (hasta hace poco), era tierra de cultivo y de
pastoreo, está todo frenado, todo se ha roto, lo han botado nuestros votos. El
sector primario (o primero), está retenido. Los campesinos, se refugian en sus
recuerdos y vivencias, nostálgicos y deprimidos. No creo legítimo ningún
gobierno persiga al que intenta sobrevivir de la tierra, porque defienden las
tabaibas antes que la producción de comida y otras leches (que no sean solo la
de las tabaibas). Más de dos millones de habitantes, no pueden depender de la
comida que les entra por contenedores y que no sabemos de dónde, ni cómo fue
cosechada…
El Padre Báez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario