Las tabaibas aumentan el
paro…
“… y por la
hermana tierra, que es toda bendición,
la hermana madre
tierra, que da en toda ocasión,
las hierbas y los
frutos y flores de color,
y nos sustenta y rige:
¡loado, mi Señor!...” (San Francisco de Asís).
… al impedir cualquier cultivo, al quitarles la tierra,
para sus leches. Las tabaibas matan el campo. Otros cultivan por y para nosotros
(fuera de aquí). La agricultura de aquí, voló. La ganadería, también. Y la
administración nos da deporte y campos para correr. Y hay consejeros dobles de
lo mismos en el gobierno y en el cabildo y en cada ajunta y miento los
concejales del ramo (¡nunca mejor dicho!). A pesar de tantos, tabaibas ellos, no hay ni una ni la
otra. Se cierran fincas; perdemos empleos. Nos engañan. Otro cultivo, que no sea
la tabaiba, no es posible. Por otra parte, todo nos lo traen de fuera. Sabemos a
qué precio la mano de obra, y nada de fitosanitarios. Aquí pierden los
vendedores de pesticidas, también los dueños de aguas, por poner un par de
ejemplos. Son más, muchos más los perdedores, no solo los campesinos. Se vive
con miedo, con depresión, con dolor. ¡Y pensar teníamos la mejor agricultura y
la mejor ganadería del mudo y el mundo comía de aquí, ahora…! Se ha dicho adiós
al sector primario, para entregarlo a las tabaibas. Se le ha puesto puertas al
campo, y lo han cerrado. Coto de tabaibas. La crisis va de largo; continúa.
Tenemos tierras, pero no trabajo. Está prohibido, castigado,
perseguido.
El Padre Báez.
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Esta
tarde/noche, bajamos la Virgen de las Nieves desde su camerino/retablo hasta el
suelo; a tal fin este año esto es lo que he escrito para comentar tal
evento:
Bajada 2014: Lo de Ella,
fue siempre bajada, agachada, inclinada, doblegada, arrodillada, postrada,
echada por tierra. Lo de Ella, no fue nunca arrogancia, subida, soberbia,
altanería, orgullo, vanagloria, superioridad. Lo de Ella, fue ser pequeña,
sencilla, humilde, esposa de un pobre carpintero, aldeana, generosa, entregada.
Lo de Ella, fue alegría, amor, servicio, entrega, donación, acogida, sí,
obediencia ciega. Lo de Ella, es estar siempre cerca, al lado, acogedora,
esperando siempre, atenta su mirada a la puerta. Lo suyo, es paciencia, sonrisa,
esperanza, fe, el amor más hermoso. Lo de Ella, es darnos a su Hijo, a Dios, al
Señor, al Mesías, al Cristo, por cuanto antecede. Baja, y nos lo muestra, nos lo
ofrece, nos lo da. Lo de Ella es bajar, rebajarse. Lo de Ella haciendo honor a
su advocación en este lugar -como en otros tantos- es bajar, como baja la nieve, la lluvia, el agua,
la vida. Baja, porque bajar es lo más grande. ¡Ojalá aprendamos a bajar y a
abajarnos, como Ella! Bajar es ponerse a la altura del otro, cerca de los demás,
ser humilde, sencillo. Baja el que acata, acepta, obedece, siempre dice sí.
Baja, el que se llena de Dios, como Ella. Ella, dijo de sí misma, Dios se había fijado en Ella, porque vio su
pequeñez. Bajar, es hacerse pequeño, como un niño. Baja, el que da la mano y
no niega una sonrisa, el que acoge y escucha a los demás, el que no mira a nadie
por encima de su hombro. Bajar o bajarse, es tanto como decir sin más: obedece.
Y aunque vuelva a su camerino o al retablo, sigue estando baja, abajada (que no
es cosa de un par de metros en distancia, sino de un estado espiritual). Bajar
es mezclarse, y como dicen en Andalucía, es cosa de pringarse, comprometerse.
Baja, para subirnos a nosotros, para que la veamos más a nuestro lado, para
escucharnos mejor (¡y es un decir!), para vernos mejor (repito: ¡es un decir!).
Baja para prepararse y salir por su pueblo, por su parroquia, por su Monte
Magullo, que recuerda aquel otro en Roma dedicado a Ella, en su primer y mayor
templo. Baja, para acercarse a su novio,
al Padre Collado, que descansa a sus pies. Baja, porque bajar es subir: el que se humilla, será ensalzado, dijo
Jesús. Y Ella, se llamó a sí misma, la
esclava, la sierva, la chacha, la criada de Dios, por eso, ha bajado al
suelo, ha venido a nuestro lado, para estar más cerca de sus hijos, sus devotos,
sus feligreses, sus amigos, sus amantes, más cerca de ti, de mí, de todos
nosotros. Ahora nos toca en correspondencia: visitarla y acompañarla toda la
novena. No hacerlo sería no aceptarla, no recibirla, como una falta de respeto. Ella, nos espera en
su Novena, para que la conozcamos mejor, y así poder imitarla. Por lo pronto ya
sabemos que lo de Ella, fue siempre el suelo, el bajar a tierra, a pie de
tierra, tocar realidades: su prima, unos novios, con Juan, con los Doce; siempre
con los demás, con nosotros, contigo, conmigo, con todos. Durante la Novena
tenemos una cita cada tarde a las 19,00 horas para estar a su altura, a su lado,
cerca de Ella. No faltemos, para corresponderle, que para eso se nos ha
acercado, para que estemos juntos y a su lado.
El
Padre Báez.
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