Sin plan tabaibero…
“…
pastorea a tu pueblo con el cayado, a las ovejas de tu heredad, a los que
habitan apartadas de la maleza…” Miqueas 7,14.
… supone un gravísimo peligro la falta de una gestión
tabaibera. Curioso, que ni el gobierno de aquí, ni el nacional y menos el
europeo, tomen carta en el asunto, cuando la cosa es peor que el petróleo en
cuanto a daño ecológico, paisajístico, turístico, económico, etc., etc. Lleva
uno la friolera de un largo centenar de comentarios tabaiberiles (171), sin que
nadie se haya mojado en la prensa o en el cabildo. Solo hay silencio borreguil,
siguiendo la voz del amo, con un sí
güana, sin más, dejando hacer; y acudir tarde será ya sin remedio posible, y
si no, tiempo al tiempo, y escrito queda. Reivindico -una vez más, ¡y lo que te
rondaré morena!- el control de la maléfica y dañina tabaiba. El cabildo debe
devolver a los campesinos, la tierra ocupada por las tabaibas (¡todas!). Las
tabaibas nos han atrapado, y nadie puede mover un pajullo. La única norma
existente en torno a las tabaibas son las multas por atentar contra ellas,
dineros que recauda (robado) en las arcas cabildicias, y a tal fin más de un
ejército fiscalizador, multando. Tenemos una administración a favor de las
tabaibas y no a favor de los tabaiberos (antes “canarios”). Da la impresión, los
de la política gubernamental-administrativa, no son conscientes del peligro que
supone la expansión sin freno de la tabaiba, que se come todo el terreno, y más.
La situación ya es más que grave: el campo parado por culpa de las tabaibas. No
hay gestión tabaibera, salvo su protección a toda ultranza. Flotamos sobre un
mar de tabaibas. Nadie reivindica nada.
No hay un plan de gestión sobre o para la tabaiba. Se han cargado el uso
del terreno para fines agrícolas y ganaderos, para darlo íntegramente a las
tabaibas, que se enseñorean por todo el territorio, dominándolo,
absolutizándolo. El cabildo prohíbe toda actividad, para proteger a las
tabaibas. Se multa al agricultor que plante un saco de papas, o al ganadero que
le coja un puño yerba a la cabra. Desaparece la tradición, costumbres y cultura
(agri-cultura). Hay un doble rasero (los
del gremio cabildicio, hacen -con permiso- cuanto a los demás se les prohíbe y
castiga). El campo vive en permanente conflicto, frente a los que vigilan con
las normas en las manos contra ellos. Así, no se conserva el medioambiente. Hay
miedo. No hay desarrollo económico posible. Las normas son diferentes, según
quién haga algo. Se corta toda actividad, ni siquiera las de sobrevivencia y
necesarias. El campesino, es la víctima del cabildo. Nadie frena este dislate.
Perdemos recursos, perdemos autonomía (ganamos dependencia), perdemos
identidad…
El Padre Báez.
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El cabildo devuelva las tierras mal
compradas…
… desde 1950, del siglo pasado, el cabildo viene
haciéndose con las propiedades de la gente del campo, comprándoles sus tierras,
y ello por cuatro perras, pero al margen del precio, está el hecho o las
acciones de las que se ha valido el cabildo para quitar la propiedad de los
terrenos a sus amos o dueños; y éstas han sido las tretas usadas: chantaje,
mentiras, coacciones, engaños, promesas, encerronas, terceras personas,
amenazas, presiones, acosos, etc., etc. y así se ha hecho con la gran
acumulación de tierras, como es el caso de Artenara donde muy por encima del 90
% del territorio artenarense es del cabildo; pero más allá de este lugar, el
cabildo se ha ido pertrechando de terrenos -sagrados- para sus exdueños,
herencias de sus mayores, o compras por sus sudores, y hoy en manos del cabildo
cuando en otro tiempo en las de sus legítimos dueños producían y servían para la
ganadería, ahora en manos retenidas y así obtenidas por el cabildo están vacías,
o llenas de maleza (sean pinos, retamas, escobones, tabaibas, etc., etc. Y, a la
altura de este mi comentario ya la sugerencia: ¿para cuándo una asociación de
hijos a los que el cabildo “compró” sus tierras, de las que son legítimos
herederos, las reclamen, según es ley, que a cada uno lo suyo, y a Dios lo que
es de Dios? Porque ya es hora, este pueblo avasallado, robado, esquilmado, etc.,
exija lo que es suyo, lo que era de sus padres, y que valiéndose de las
estrategias señaladas, y otras, fueron desposeídos de lo que les era propio y
les pertenecía por herencias, compras, o como fuera, que esas tierras reclaman
sus legítimos dueños, y éstos asociados, debieran luchar todos juntos, para
rescatar y volver a poseer, lo que nunca les debieron quitar. Creo, tienen todas
las de ganar, cuando en justicia esas tierras deben volver a sus legítimos
dueños, que seguro volverían a ser productivas, y no en manos de quien las ha
“robado”, que las tienen inutilizadas, o abandonadas a las basuras que en ellas
nazcan o siembran y plantan. Que las tierras vuelvan a sus legítimos herederos,
y para ello, el primer paso sea asociarse, para juntos luchar y exigir justicia
que les devuelva lo que les pertenece, y que de forma falsa se les privó de lo
que les pertenece.
El Padre Báez.
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