sábado, 14 de junio de 2014

viejos


Los ancianos y las tabaibas…

 

… cuando un anciano, en su juventud y madurez, veía una tabaiba en lo suyo, la arrancaba sin más, cual mala hierba que es. Esa es la verdadera sabiduría. Vivían de lo que daba la tierra, y la tabaiba, no les daba nada. Ahora sufren viendo cómo no pueden arrancarlas y si lo hacen les ponen multas por ello, y ya nada comen de la tierra, porque las tabaibas lo llenan todo. Ahora, solo tienen miedo. Antes, tenían comida (¡y trabajo!). Más que miedo, tienen terror psicológico; ahora enferman por comidas malas traídas de fuera. Ahora andan en la miseria. Ni siquiera luchan por recuperar sus cultivos y ganadería, con cercados llenos de tabaibas y vacías sus alpendres. Son portadores de un legado incalculable, y no les hacen caso. Tienen “técnicos” los del cabildo. No hay relevo generacional. Y trabajaron duro, para despedregar las tierras, ahora comidas por las tabaibas, donde otrora el trigo, cebada, avena, archita… los tienen reprimidos, drogados…, los han eliminado. Los enferman, los matan. Atentan contra la salud de esta pobre gente cuales cobayas. No se recuperan las tierras robadas por las tabaibas. No se educa en la tradición. No se respeta la sabiduría de los ancianos. Con los ancianos sobran los cursos del cabildo y los libros de agricultura. Se cargan nuestra Historia. Desaparece nuestra cultura, y nos dejan sin nada. Ellos (los ancianos) no son libros, son enciclopedias, y sin embargo, ¡maldito el caso que se les hacen!, y muriendo, se llevan a la tumba siglos de experiencias y ciencias, y no tratan de rescatar, ni mantener nada, sino proteger y defender a la maldita y envenenadora tabaiba que a algunos sí que les dan de comer por las multas que ponen por tocarlas, y no respetarlas.

 

El Padre Báez.

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