Emergencia tabaiberil o
tabaibera…
… les informo, mis amigos: las más de cuatrillones de plantas de la
maléfica y dañina tabaiba, pone en una situación muy grave a los habitantes de
estas islas. Les hago, con ésta, una urgente llamada frente al reto de la tabaiba,
que se lo queda todo para ella, y ello con el apoyo de los que gobiernan, en
lugar de ayudar a los tabaiberos a sobrevivir, y poniéndonos cada vez más en
situación -cada vez más- mas difícil. No se pueden gastar millones de euros en
defender y proteger una planta que no nos beneficia en absolutamente nada;
dinero que se debiera destinar a y en una agricultura sana y una mejor ganadería.
Aumenta la desnutrición infantil, el paro juvenil y la muerte de los sabios del
campo, que se llevan a sus tumbas sabidurías milenarias no recogidas en libros,
sino transmitidas oralmente, sin que se haga nada al respecto porque se las
transmitan a las nuevas generaciones, siendo así doble nuestro empobrecimiento.
Europa nos acerca cada vez más al África malnutrida, enferma y paupérrima. El
campesino ha sido obligado a abandonar sus tierras y dejarlas a merced de la
omnívora tabaiba. Y así la situación, ¿a dónde huir? Lo nuestro ya es de emergencia;
y no se hace nada para cambiar este estado de cosas. Perdemos salud, y
habilidades; se está idiotizando a la población de forma y manera asombrosa. Se
ignora ya lo más elemental en relación con el campo. Avanzamos a pasos de
gigantes hacia el desastre total. No hay resistencia alguna a este desmadre
gubernamental, contra la tierra; nadie defiende el campo (solo hablan de
“campos” de deporte [de balón cesto y de fútbol). No se reinserta el campo,
sino que avanza en un proceso de deterioro absoluto con la tabaiba,
irreversible…
El Padre Báez
El día más triste…
… mucho Virgen del Pino, y tanto, que hasta harta y cansa a uno, por
tanta falsedad e ignorancia. Bien, que baje, que venga, que dé de comer a tanto
periodista y medios de comunicación, cuando ninguno de ellos han reparado en el
camino, el vacío de agricultura y la desaparición de la ganadería, pero no
añadiré un renglón más sobre ese culto casi divino a María, aquella sencilla
muchacha, como la llama el Papa, que mi pena va por otro lado, y es por la
despedida de los que hacen su Primera Comunión, que llegados a este acontecimiento,
¡si te vi no me acuerdo!, porque
cuatro años de presencia infantil, en los que los has visto crecer, y conoces
algo de sus talantes y actitudes, comportamiento y defectos (primera confesión
aparte), ahora llegados a esta meta, llega el fin, ya no vuelven, desaparecen,
pasa el tiempo y si se cruzan contigo, te rehúyen y te dan la espalda, hacen
como que no te han visto, y ya cuando los vuelves a ver, ya ni sabes quiénes
son, pues han crecido, han cambiado, y sí, cierto que aquellos cuatro años, no
se han perdido, porque en el disco duro de sus cerebros, jamás se borrará, pero
llegarán con Nietzsche y Marx a la paralizante universidad, y ya antes por el
ambiente, por la familia sobretodo que rompen con ellos esa continuidad
interrumpida, y se te llena el alma de tristeza, que va desapareciendo con los
que comienzan de nuevo y vuelta a empezar, y así curso tras curso, y años y
años en lo mismo, como sembrar o plantar algo, regarlo durante cuatro años, y
cuando puede comenzar a fructificar, se seca o no se vuelve a regar la planta.
Eso sí celebrarán con una gran fiesta esa despedida o desaparición de todo
aquello que haga referencia a lo que durante ese tiempo han “vivido”. Triste, y
lo más o/y pero, que desde arriba, no haya un cambio, porque sabiéndose el
final, es como no dar el paso al sacramento y sobre todo por lo que al respecto
dijera Jesús: “¡no echen las margaritas a
los cerdos!”, pero no se le hace caso ni a Dios, por parte nuestra (todos).
El Padre Báez.
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