viernes, 13 de junio de 2014

tabaibas y el Pino


Esta es la morada de las tabaibas…
 
… son una desgracia y una maldición, nadie nos defiende de ellas; por su culpa nos hacen pagar multas; cuando te asaltan un terreno, te devoran lo que es tuyo, y es tu mayor enemiga y tienen protección; si la tocas, te caes con todo tu equipo. Varios ejércitos las vigilan, y te hacen temblar de miedo, si les declaras la guerra, ya jamás estarás tranquilo. No pidas clemencia, porque no te la van a dar. Las tabaibas habitan en lo tuyo, por siempre ya; y por los días de tu vida, sabrás lo que son amarguras, contemplando lo tuyo arruinado. No tienes defensa de nadie, y corres grave peligro si vas a por una de ellas, por más que te escondan te descubren, porque lo tienen todo fotografiado, y así te hunden en la miseria, más honda; nunca más levantarás cabeza, sobre la tabaiba en lo tuyo nada planees, estás cercado y vigilado, olvídate de esa tierra, sacrifica lo tuyo, y dalo todo al cabildo, y por perdido. Nadie te escucha, a ninguna puerta llames; no te responden. Si buscas comida, no lo hagas en lo que es tuyo (o era), Allí, solo leche amarga como -¡peor!- como los chochos, pero es que no te las dejan ni tocar. Desecha y abandona tu propiedad, ya fuera comprada o heredada de tus padres. Pásate por Cáritas a ver si te dan algo, leche de cabra aunque sea de fuera, porque de lo tuyo, las tabaibas se lo comieron todo (y su leche no se toma o bebe). Ya sabes que respiran violencia y van a por ti si haces algo en lo tuyo, déjalo todo en sus manos, ellos son los dueños, y le han entregado lo tuyo a las tabaibas, no tienes nada. Entrégate en sus manos; nada esperes a cambio, están contra ti y a favor de ellas. Este es el país de las tabaibas y ¡apártense los humanos! Nadie te libra; te han tendido una red. Ya puedes gritar, no te lo tienen en cuenta. Hay centinelas sobre lo tuyo (lo que era tuyo). No esperes nada. Ya, ni rebaños, ni pastores; todo de tabaibas…
 
El Padre Báez.
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Visita de la imagen de la Virgen del Pino a Las Palmas de Gran Canaria. Mis amigos, no sé si seré el único que no ha ido a la Catedral a visitar a la imagen de Nuestra Señora la Virgen del Pino, y ello, por dos razones: un servidor, los 67 años que tiene, no ha habido uno solo que no haya ido a visitarla a Teror en su Fiesta, y ello en los brazos de mi madre (por promesa) y de la mano de mi padre para no perderme entre la multitud, el día 8 de septiembre, con lo que cumplo, y porque en esta bajada, todo me ha parecido un culto impropio para la Señora, que es la Madre de Dios y es a Éste a quien debemos adoración. Muchos pecados de idolatría es lo que creo se han cometido. Incluso creo o pienso, muchos de los que la siguieron en el recorrido, como los que la han visitado en la Catedral, creo hayan pasado del Sagrario, donde según nuestra fe esté Jesús sacramentado, y curioso que la imagen de la Virgen, nos muestra a su Hijo en brazos, como indicándonos que es a él y no a ella a quien debemos adorar y seguir escuchar y amar. Por supuesto, no tengo nada en contra de los que la siguen, acompañan y visitan -un servidor, como he dicho, no- porque es que imágenes de Ella, tengo en casa, bien sea de barro o en estampas y cuadros, y no tengo por qué desplazarme a ningún lado; por otra parte, en las distintas parroquias tengo variadas imágenes de la misma y única virgen María, si bien con distintas advocaciones; y les cuento, me sucedió en una ocasión que un señor me pidió le cambiara la promesa de ir caminando a ver a la Virgen desde la capital a Teror, y le dije mejor ni vaya, porque si la Virgen hablara, le diría: ¡quítate delante, bandido, sinvergüenza, de modo que me tienes en la parroquia, y no vas a verme allí y a Misa nunca, y vienes a verme tan lejos y sin poder caminar! Así, que pongamos las cosas en su sitio: que baje, esté y suba la Virgen me da igual; un servidor la visita todos los años por su Fiesta, y el mes de mayo, se lo consagro a Ella, lo último que haga antes de dormirme es rezarle la salve, el Rosario todos los días, y cada vez que voy a mi Parroquia la tengo en el templo, y la saludo, después de hacerlo a su Hijos, nuestro Dios y Señor Jesucristo, según nuestra fe, heredada y aceptada libremente; que soy mariano (no de Rajoy, sino de María, no cabe la menor duda, y así mi devoción diaria, mis Fiestas según Parroquias, pero esta masa, estos miles y miles, muchos de los cuales después, ni van a Misa los Domingos (o sábados), teniendo sin esa imagen del Pino, otras que son sinónimas, o la misma, dado que cambian el nombre según lugar, y si no voy a la de la Parroquia, ¿la sigo por carreteras y visito en la Catedral? No, no y mil veces no; y lo peor de todo esto, que me invitan a almorzar, después de sendas grabaciones para una determinada televisión sobre arqueología y pastores, y a la hora de tomar el café, me ponen –nos ponen- sendos sobrecillos de azúcar, con la imagen de la Virgen del Pino, ¡y no, no! me hizo daño el café, ver a mi Madre, la Virgen en el negocio de una casa de comidas, entre indiferentes y ateos, rompiendo el sobre, y su bendita estampa al cubo de la basura, sin que ello suponga, sino un a provechar el acontecimiento y sacarlo de contexto. Y repito, no que no sea uno mariano (devoto de la Virgen), sino todo lo contrario, que huyendo de un culto desviado, y con desprecio a Dios (en el sacramento en los Sagrarios), a éste la espalda y a su madre, las lágrimas y peticiones, porque oyendo algo de su bajada la pregunta un millón de veces repetida de pobres periodistas, que no saben otra cosa que preguntar, sino: “¿y usted que le pide a la Virgen?”, yo, ¡nada!, sino obedecerle, pues lo único que dijo según el discípulo que la tuvo en su casa –San Juan-, Ella dijo: “¡hagan lo que Jesús les diga!” Y nada más. A éste si, a Ella también, pero menos parafernalia, menos fervorines baratos, y más ir a la raíz, a la base. Ella, para ser imitada: pronta en el servicio de amor al necesitado, como lo demostró con Isabel, con los novios de Caná de Galilea, con su Hijo en la cruz, siendo corredentora, pero redentor Él. Por supuesto, no niego su intercesión, su mediación, y cuanto quieran, pero primero Dios, y después Ella. Me vale que Ella, sea el camino hacia Él, o el medio para llegar a Él, pero si me quedo en Ella, sin más, no quiero asociarme a los que puedan dar una falsa y desviada imagen de lo que hay que hacer con María: imitarla en su obediencia, en su alegría en Dios, en su fe, en su pobreza, humildad, pureza, gracia, amor, servicio, etc., etc. Espero no escandalizar a nadie, sino que en lo que puedo, quiero purificar la verdadera devoción a María: imitarla, tenerla como intercesora o mediadora, quererla, reverenciarla, pero nuca adorarla, ¡cuántos de rodillas ante su imagen!, ¡cuántos pidiéndole, cuando es Ella la que nos pide hagamos caso a su Hijo!, y para ello, la Misa Dominical, donde la honramos y veneramos. En mi parroquia de Lomo Magullo, y con la advocación de Ntra. Sra. de las Nieves (la misma), cada sábado al terminar la Misa, le cantamos la Salve, con flores en mayo, con miradas de amor, con un segundo puesto después de Jesús en el Sagrario. Es decir, kilómetros acompañándola desde Teror a la capital con ida y vuelta, más visitas a la Catedral, y después a tu propia parroquia a muchísimo menos distancia, muchísimo más cerca, y a veces una calle de por medio o un kilómetro a la redonda y no vienes, ¿y vas y vienes a Teror, más a la Catedral? Seamos serios, no juguemos con la fe. Busquemos nuestro gozo y alegría en el Señor, como canta Ella en el Magníficat; como Ella, ayudemos a los necesitados; como Ella, seamos los siervos de Dios, humildes y sencillos, llenos de amor a todos sin excepción de ricos y pobres, de blancos y negros, etc. Que nada tengo en contra de los que la han acompañado y visitado; yo lo hago en mi propia parroquia y en casa, y hasta me parece bien cada uno haga lo que quiera, y por eso mismo porque así lo quiero, ni fui, ni voy a la catedral a ver la imagen y mucho menos subo a Teror como tampoco bajé de allí. No, conmigo la idolatría –culto a una imagen-, no. Por supuesto, el día del Pino, el 8 de septiembre, fiel a la tradición, y según aprendí de mis padres, como todos los años estaré en Teror, no en la romería ofrenda de la víspera, sino el día de la Natividad de Ntra. Sra. o día del Pino, nuestra Madre, Reina, Señora y Patrona. Más que Ella, solo Dios, después de Dios Ella. Y en este orden cada uno en su sitio. Sin más mis amigos, hasta la próxima semana.

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