Si te acercas a una tabaiba…
… mejor, si ni lo intentes. No es una planta normal, inofensiva, como
todas las demás. Al menos las zarzas, muestran sus espinas, y las tuneras sus
púas, pero la tabaiba esconde su leche y te salta al menor roce de forma traidora:
te deja ciego si alcanza la vista, te mancha ropa y piel, y si te la llevas a
boca o rozas los labios, etc. ¡te desgracia! Y es que ciego el cabildo, no ve
alternativa a esta planta, ¡con todas las que hay! Bastaría volver la vista
atrás, a unos cincuenta -más o menos- años. Nadie intenta reformar las leyes
restrictivas que consideran -falsamente y equivocados- a las tabaibas a punto
de desaparecer, y de ahí su fuerte protección, cuando nos debieran protegernos
de ellas, por las manchas, enciegamiento, amargura, etc., que nos producen.
Allá, en la unión europea, se decidió proteger a las tabaibas, desprotegiéndose
así a los tabaiberos. Todo esto, empeora el nivel de vida del tabaibero, al que
se le avoca al paro y al hambre irremediablemente. Bruselas -pues- nos ha
cerrado las puertas al desarrollo y a una economía que pudiera estar basada en
la agricultura y ganadería, al destinar toda la tierra a la sola plantación y
expansión de las tabaibas, y eliminado de paso más de un derecho humano, sin
más. Mientras, y mientras dure esa protección, no cabe para la isla -e islas-
tranquilidad alguna. Y lo peor de todo esto, es que nadie manifiesta su
disconformidad, al habérseles lavado el cerebro con el solo balón cesto y
fútbol con carnaval todo el profano año. Solo reacciona el cabildo poniendo
sanciones y multas por acciones contra las tabaibas.
El Padre Báez.
Un añadido.
Alguien -cuyo anonimato guardo- me propone lo siguiente. Es, para
pensarlo:
“Padre Báez, le deseo un buen día y... ¿por qué no hace
un día una marcha con un grupo de gente para que vean el mal ambiente que dan
las tabaibas? Tal vez una manifestación ayude a tomar conciencia del problema
de nuestra tierra...
Un abrazo: P. M”.
Otro -un gran
amigo periodista-, me dice:
“…Compruebo que
continúas muy madrugador y, erre que erre, con tus escritos, como éste tu
artículo: "Cáritas y las
tabaibas", para conseguir el muy necesario desmantelamiento total del
falso mito cabildicio de que es necesaria la protección de las
tabaibas, mientras sigue ninguneando todos los sectores primarios: los que nos
alimentan y producen más benditos empleos.
Un saludo: P.
D.
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