Mes de mayo (día 10), mes de María…
Mes de la flores, mes de la flor más hermosa…
María, con S. S. Francisco…
María en La alegría del Evangelio (Evangelii
Gaudium)…
… Como a San Juan Diego,
María les da la caricia de su consuelo maternal y les dice al oído: “No se
turbe tu corazón […]. ¿No estoy yo aquí, que soy tu Madre?”.
La estrella de la nueva
evangelización.
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¿Dónde sin tabaibas?...
… si salgo por la isla, en todas partes las veo; las veo cerca y a lo
lejos, todo lo llena la tabaiba, obstruyendo caminos, e impidiendo avanzar o
caminar, en todas partes otra cosa no hay. No me llevo su leche a la boca, y ya
me sabe su maldito olor; me coge por delante, por detrás, por los lados, lo
llena todo con su presencia; tantas tabaibas nos emborrachan, nos acosan, no
hay quien aguante tanto. ¿Adónde me esconderé que no la vea?, ¿adónde ir que escape de ellas? Si están por
la costa, medianías y cumbres; tanto en el norte como en el sur, en las orillas
del mar, y en las crestas de las montañas, en todas partes se encuentran; desde
el este al oeste, ningún lugar escapa de ellas; no hay sitio a donde ir que no
se encuentren, a un lado y a otro, a derechas y a izquierdas, por todos lados
que uno se vuelva allí está ella. Nos cubre y acompaña a todos lados, su leche
amenazadora alrededor nuestro. Lo cubre todo cual paño. Su leche cual madre que
nos nutre; se ha hecho potente y ha derrotado toda otra hierba o arbusto, que
no sea ella, la triunfadora, la única. Ella está en el fondo de los barrancos,
laderas, riscos, alturas, etc., nada escapa a su presencia, está por todas
partes. No hay sitio sin ellas. Se esconden en todos los lugares, se enseñorea
en todos los terrenos, cercados, cultivos, patios, etc., se va como la mancha
de aceite manchando todo, expandiéndose en todos los lugares y huecos que
hayan; no se esconde, es altanera, soberbia y orgullosa de su maldad; si
alcanza a nuestros ojos, nos deja ciegos; si la garganta, amargura por varios
días; contarlas es tarea imposible, son casi infinitas. En otro tiempo estaban,
como cualquier otra planta, compartiendo espacio; ahora, solo y todo para
ellas. Son inmensos los tabaibales. Están protegidas. Son poderosas. No se les
puede hacer daño, no se las puede molestar en su expansión y colonización.
Conquistan el territorio, en exclusiva para ellas. Nadie se salva de ellas, si
las molesta. Hay que respetarlas. Hay centinelas que las guardan. Sin
misericordia te castigan, si las tocas, con multas enormes. Es delito muy grave
atentar contra una sola de ellas (creen hay riesgo de desaparición). Ellas nos
van a sacar de la crisis. Es delito dañarlas, o hacerles algo. Mejor, ¡ni
tocarlas!
El Padre Báez.
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