Mes de mayo (día 3), mes de María…
Mes de la flores, mes de la flor más hermosa…
María, con S. S. Francisco…
María en La alegría del Evangelio (Evangelii
Gaudium)…
… Luego le dijo al amigo
amado : «Ahí tienes a tu madre» (Jn 19, 26-27). Estas palabras de Jesús al
borde de la muerte no expresan primeramente una preocupación piadosa hacia su
madre, sino que son más bien una fórmula de revelación que manifiesta el
misterio de una especial misión salvífica. Jesús nos dejaba a su madre como
madre nuestra. Solo después de hacer esto Jesús pudo sentir que «todo está
cumplido» (Jn 19, 28)…
Insulto tabaibero…
… que sí, tan mala es la planta que nos ocupa, ocupó y ocupará, que en
el campo, y en otro tiempo (y aún se dice si se procede del campo), que cuando
se quiere insultar o dejar en evidencia la idiotez, o comportamiento absurdo,
que quien te observa y vea, se le escape lo de ¡no seas tabaiba!, símbolo y señal de bobería y sanaquismo, propio
de un descerebrado o de un necio supino, que ya es importante descubrir, no se
diga, lo de ¡no seas tonto!, sino que
te comparen con una planta que por inútil y sin razón, sea la comparación de lo
que es y debe ser humillante y vergonzoso, pues te llamen ¡cállate tabaiba!, o ¡no me
seas tabaiba!, o digan de ti, ¡mira
al tabaiba ese!, no es precisamente un halago, ¡ni mucho menos!, sino algo
que te retrata como lo que es la planta: boba, idiota, necia, absurda,
ridícula, etc. y sorprende que en contra de tanta sabiduría, como corresponde a
los hombres de ayer, los de hoy -un sector muy cualificado- defienda lo que
propiamente representa y es marca, signo y señal de idiota, totorota, sanaca,
imbécil, macaco, subnormal, Babieca, etc. Pues, ya lo saben, si quieren herir a
alguien -cosa que no le aconsejo- en lugar de nombrarles a sus familias
(sobretodo a sus pobres madres), ahórrense calificativos de mal gusto, y
simplemente recuperen lo antiguo, que como el vino si es añejo tiene mayor
valor, y diga usted, al que tiene un comportamiento infantil, impropio y de
ignorante o de tolete, dígale simplemente -a ver si despierta- ¡no seas tabaiba!
El Padre Báez.
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