La población rechaza la matanza de
cabras...
... que hace el cabildo. Sin embargo, alarma lo que dice
el cabildo: radicalmente van a por todas ellas. Esto manifiesta la debilidad del
pueblo. Se cargan la perla que son nuestras cabras. Y vamos de mal a
peor. Ni siquiera hacen caso a Europa en el cabildo soberbio que tenemos. No
cuentan con el pueblo, y hacen lo que quieren. El fin es comprar todo fuera;
también la leche.
En el Macizo del Noroeste, no caben las cabras. Las tienen que
matar. Aumenta nuestra pobreza. Ya no existe ganado libre. Nuestra dependencia
será absoluta del exterior. Y sin las
cabras desaparece nuestra cultura. Una foto al paisaje sin cabras, es una foto
muerta, de muerte. Y hablan de los derechos de los animales. Y están y son las
más sanas. Están donde no molestan. Están en la periferia de la isla, donde solo
hay riscos, sin vegetación. Rechazan lo que tenemos. Castigo a los pastores.
Muerte a la ganadería. Gobierno cabildicio criminal. Asesinos. Es el culmen de
la corrupción en política. ¿Cómo no vivir y estar preocupados? Ningún gobierno
del mundo lo permitiría. La población
pide paren la matanza, y no nos hacen caso. El poder sin el pueblo, y contra el
pueblo. Se expande la sin razón. No salimos de la crisis. La obsesión del
cabildo: matar las cabras sea como sea. Y no dan marcha atrás. Sin futuro en el
horizonte. Sin las cabras, no habrá recuperación posible. El cabildo mata la
ilusión de tantos jóvenes, que ven en las cabras una salida. ¡Cuántos se
dedicarían a cuidarlas! Las que nos dieron la leche que nos criaron. Ya, sin
esperanzas. Una tragedia que nos afecta. Un atentado contra la paz. Falta de
respeto a la población. Desprecio de la opinión del pueblo. Indiferencia total.
Terrorismo disimulado. Que el matar debe ser erradicado. Nos fuerzan a salir
fuera. Y fueron las cabras nuestro sustento. Sin diálogo. Sin lucha. Sin
oposición. Sin cambio. Sin prensa (solo ocupada de carnavales y de fútbol). Una
tragedia. Es, un drama. Matan las mejores cabras del mundo. Las que quedan son
endémicas, ¡y ni por eso! Las que no mueren, las hacen sufrir (maltrato animal,
¡y nada!). A rifles, cual viejas batallas. En el punto de mira (en el objetivo):
las cabras (para matarlas). ¡Basura de políticos (con perdón, pero es la
verdad)!
El Padre Báez, que de cada punto arriba tratado a voleo,
haría un comentario extenso, pero vaya ahí en resumen un poco de lo tanto y
mucho que pudiéramos decir; pues en ello estamos, y no vamos a parar -sin
repetirnos-, pues hay materia para largo (a no ser que paren de matar las
cabras, pues aunque no lo hagan ahora mismo, es la intención que tienen: dicen,
van a seguir, pues un servidor, no va a parar.
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“... heridas en
las alturas...”
(2 Sam 1, 1.4. 11-12. 19.
23-27).
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