Monocultivo tabaibero…
“… (tu) pueblo… alcance la
libertad verdadera…” (de la oración de vísperas del martes de la
octava).
“… el enemigo… me confina a
las tinieblas…” (del salmo 142, 1-11).
“… entonces Jesús les dijo:-
¡Que necios y torpes sois…” (del evangelio según san Lucas
24,13-35).
“…saca pan de los campos… y
vino… y aceite… y alimento… árboles… cabras…” (del salmo
103).
“… le tapéis la boca a la
estupidez de los ignorantes… como hombres libres…” (de la primera carta del
apóstol san Pedro).
“… ¿cómo… andar
honestamente?- Cumpliendo…” (del salmo 116, 9-16).
“… son unos mentirosos…” (del
salmo 115).
“… renovaos en la mente y
vestíos de la nueva condición…” (de la carta de san Pablo a los Efesios 4,
23-24).
… el que tenemos. ¿Qué esconde esto? Porque no es
normal. Aquí, tienen que haber gatos encerrados. Por lo pronto, sin ir más allá, se ve a las
claras hay una guerra silenciosa, que gana en el terreno ellos, al eliminar -¡ya
sabremos las razones!- el campo, el campesinado, el cultivo, la ganadería… y que
la cosecha es de hambre, de pobreza, de miseria, de enfermedades, etc., y todo
esto está bien orquestado, hay intereses creados, hay una amenaza real que
alcanza ya a muchos, e irá a más.
Pues, se destruyen tierras, se destruyen
cosechas, desaparecen ganados y cultivos. Y todo esto está programado. Por eso
callan todos los políticos cómplices y los medios de comunicación asociados. Ya
es real: una isla -la nuestra- e islas, sin agricultura, sin ganadería, sin el
sector que debe ser lo primero y de ahí lo de sector primario. Dos ejércitos
custodian (sepro y miedo) lo guardan: nada se cultive y ningún animal se tenga
(salvo perros, todos los que quieran y más, pero no dan carne, ni leche [pero
comen comidas para perros igualmente importadas, ¡menudo negocio para estos
corruptos “amigos de los animales”), y cuando nada cultivamos, ni ganados
tenemos la dependencia es total y arruinadora, y así todos en la ciudad
pendientes de los campos de fútbol -muy otros campos, pero solo con césped y
porterías-, pero no del que les impiden y prohíben cultivar; las cuevas vacías,
sin una vaca dentro; la hierba molestando e impidiendo caminar y la alimentación
animal, como la humana, toda traída de fuera. Y dentro, la sola omnipresente y
todopoderosa tabaiba, protegida, custodiada, guardada, vigilada, etc., cual si
su leche se tomara, o para algo se utilizara. El misterio de una isla -e islas-
entregadas a la sola agricultura de la tabaiba, sin que ningún bien se siga de
ella, es algo que guarda un misterio, pero que ya se deja entrever bien a las
claras, y que por lo pronto, en espera y búsqueda de algunos datos fehacientes,
les pueda desvelar la maquinación de quienes medran a costa de las miserias del
pueblo, que esclavo de caprichos de sus amos, viven idiotizados por el deporte
que a nadie interesa y que te lo meten cual catecismo adoctrinador, sin poder
librarte de él, como del móvil, medios -ambos-para idiotizar y enajenar las
mentes de pobres diablos, que solo siguen los dictámenes de sus esclavizadores,
gritando: “¡golgolgolgoolll…
gooolll…!” bobaliconamente en lugar de gritar: ¡déjeme tener una cabra y
plantar un cantero de papas!, para poder vivir sin esperar barcos con comida
transgénica, envenenada y cancerígena, traídas de fuera producidas por Monsanto.
¡Ah malandrines y facinerosos (por no decir algo más
fuerte)!
El Padre Báez.
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La idea, no es mala:
“Enhorabuena Padre Báez,
por sus comentarios sobre las tabaibas, nuestro pueblo, especialmente nuestros
campesinos, sabrán agradecérselo. Si nos permite una sugerencia, una forma de
darle una mayor difusión a su más que revolucionario trabajo es editar un texto
que recoja el mismo, incluso podemos ponerlo en contacto con un magnífico
editor, el compatriota Ángel Morales, que ha hecho una excelente edición de
escritores canarios en su colección G21. Adjuntamos link a su blog
https://www.blogger.com/profile/04901029123576334018
Gabinete de
prensa
Movimiento por la Unidad del
Pueblo Canario
PD.- Estamos buscando
ministro del sector agrícola una vez procedamos a la descolonización de nuestra
patria.
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