Acróstico
tabaibero…
“… un pueblo balbuciente…” (del salmo
113 A).
“… alegrémonos y gocemos…” (del cántico
del Apocalipsis 19, 1-7).
“… ¿hasta cuándo ultrajaréis… y
buscaréis el engaño?...” (del salmo 4).
“… se alían… conspiran…” (del salmo 2.)
“… no sigáis engañándoos unos a otros…”
(de la carta del apóstol san pablo a los Colosenses 3, 1-17).
… y no es que uno quiera hablar mal, o citar
palabras ofensivas o de mal gusto, pero es que me es imposible disociar de la
palabra tabaiba, lo que cada letra me sugiere,
y así como por asociación de
ideas, cada letra que compone la palabra tabaiba, como que me deja o trae un
mensaje, los siguientes (y pido disculpas al que se ofenda, pero… ¡me sale del
alma):
t
de tonto, tolete, tontaina…
a
de atontado, analfabeto, animal…
b
de babieca, burro, batata…
a
de anormal, acomplejado, amoral…
i
de idiota, imbécil, ignorante…
b
de bobo, besugo, bestia…
a de abobado,
alelado, alcoholizado…
Un conjunto de ideas que se desprende de dicha
palabra, por usar las más suaves, porque es que hay más, pero no quiere uno
pasarse, sino señalar algunas (tres de cada letra). Porque si eso lleva
implícita la palabra en cuestión, es como para aborrecerla y por tanto estar en
contra de ella, y así alcance a la planta, y caiga sobre ella todos estos
insultos, que le son propios, como para sus defensores, y todo eso por decirlo
suave y sin herir demasiado. Aunque todo eso y más, pudiera solo ir dirigido al
defensor mayor de las tabaibas: es decir el cabildo, pero que alcanza a todos
los que callan, y que con sus silencios las defienden y justifican, cual si su leche
les mataran el hambre con quesos hechos de sus leches) y sus cuidados nos dieran
trabajo, que ya pudiera significar (entonces):
t de trabajo, tradición, trigo…
a de alegría, alborozo, arriero…
b de bondad, bien, bonanza…
a de amor, abundancia, ayuda…
i de ilusión, inteligencia, ideas…
b de bendición, beneficio, belleza…
a de agricultura, abundancia, amistad…
Pero, en este segundo caso, todo esto es mentira,
nada de eso es verdad, porque de la palabra que comentamos nada de eso se
desprende, a no ser que sea: arrancada, erradicada, expulsada de la tierra,
para que todo lo que le sigue a cada letra, pueda ser verdad.
El Padre Báez.
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Y es que aún se celebra por algún sitio -no lo cito
para que no sea vergüenza pública de dicho lugar- en esta isla tabaibera o
babieca; ¿carnaval todavía?, ¡sí señor! Cito sí a Juan Francisco Ramírez
(abogado), que me dice lo siguiente:
Estimado Padre Báez: Me
congratula su dedicación, constancia y esfuerzos, para intentar sembrar
(apropiado símil agrario) cordura en este pueblo alienado por modelos extraños,
totalmente alejados de sus raíces. En su exposición sobre las fiestas de las
carnestolendas, con razón y tino, da en plena diana. Dios le proteja e ilumine,
cada día, para que pueda seguir adelante con su prédica y ejemplo. Reciba un
cordial y atento saludo.(J. F. R.).
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