POPURRÍ 566:
En el Año de la Fe (190): Fe es: creer sin dudar.
Al habla el historiador (190):
Mis pobres vacas, de ser lecheras...
.. a ser arrastradoras de peso.
Antes competían arando...
... ahora, arrastrando una carga abusiva.
Eran campeonas, las que más leche daban...
... ahora la que más peso arrastre.
Así, con vacas arrastrando...
... se va a celebrar el día de San Fernando, el 30 de mayo,
Llaman autóctono eso de arrastrar las vacas peso...
... y es una copia de los vascos.
En mi vida –y tengo en agosto 67 años- nunca vi...
... las vacas se dedicaran a eso. Y tuvo mis padres vacas.
Se las obliga –con daños a su patas traseras- a...
... coger una curva, en el arrastre sin sentido.
Sin que ningún colectivo de defensa de los animales...
... diga ni media palabra.
Y a este sucio y sangriento juego, se presta el cabildo...
... para antes y así acabar con la poca ganadería que nos queda.
Y en ello desviando la finalidad de tener vacas...
... porque con leche de Asturias, ¿para qué queremos leche de aquí?
¡Mira que preparar vacas en esa práctica...
... que hiere la sensibilidad y duele en el alma al ver cómo se ríen de los animales, que tienen derechos, ¿o no?
Vergüenza de organizadores, que debieran arrastrar ellos...
... no sé si amarrados a sus cuernos o a qué.
Ahora resulta esto es una tradición...
... ¿tradición de qué y de dónde, que las vacas arrastren peso?
¿Es esa la ganadería vacuna?...
... ¿pero a qué juegan?
¡Defiendan la ganadería tradicional, la vaca del país...
... la vaca lechera, y se dejen de martirizar a los pobres animales!
¿O es que les parece poco las cuarenta (40) vacas que tenemos...
... las estén paseando por todas las fiestas cuales si cajas de turrones fueran?
Pobres animales al sol, en camiones...
... de un lugar para otro, ganando copas de fantasías, una botella de ron y 30,00 cagados euros de premio. ¡Ya está bien, y paren eso!
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“... oremos a Cristo, pan de vida, que en el último día resucitará a los que se alimentan con su palabra y con su cuerpo, y digámosle: Señor, danos paz y alegría...” (De las preces de Laudes).
“... tú que concedes paz y alegría a todos los que creen en ti, danos el vivir como hijos de la luz mientras nos alegramos de tu victoria...” (De las preces de Laudes).
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En peligro el mundo del campo:
Perdemos su psicología, la tradición, la cultura, el comportamiento propio, su mirada, etc. Desaparece la lluvia, los charcos, los crudos inviernos, etc. Ya no se educa amaestrando a los animales; la población se merma. Los hay que se suicidan. Casas vacías, con muebles viejos. Ya no hay brillo en los ojos. Nos quedamos sin Historia. Miedoambiente actúa con violencia inusitada. Se estropea la naturaleza, que pierde forma. Nos enfrentamos a una incógnita no pensada. Nos estamos vaciando. Perdemos lenguaje. Las escenas campestres comienzan a ser dantescas. Se está escribiendo el último capítulo. Hay terror al seprona. El campo, dejó de ser -hace tiempo- noticia. Los perros ya son un peligro (antes amigos del hombre). Se aísla más el campesino. El vecino, se vuelve en enemigo, que denuncia (para igualarse). No se ve al cabildo como el verdadero y gran y único enemigo. Disminuye drásticamente la producción en el campo, ya casi nada. Se avecina una fuerte escalada de tensiones. La tierra ya no produce. El futuro es impredecible. La democracia es el enriquecimiento de la clase política, y el empobrecimiento del pueblo. No hay intercambio comercial, sino importación de todo, que paga el que come, sin producir nada. Los precios en alza. ¿No aparecerá el radicalismo? Muchos hablan de una guerra en ciernes. Se ha endiosado la miedoambientalidad. Se extingue la moral. Las generaciones presentes -¿las futuras?- viven al revés. Vivimos en el fracaso. Todo se he degenerado. Todo se les va en reforestar con pinos. Se defienden los derechos de los animales antes, más y mejor que el de los humanos. No hay movimiento alguno que pare esto o dirija una acción o reacción. Vivimos en una ficción engañosa. Ahora solo se ejercita físicamente corriendo por los campos. Se ejercita –solo- la musculatura; no el cerebro. No se piensa. No se cultiva –tampoco- la imaginación. Se es víctima. Nos intoxican con fútbol y carnaval, con ronerías y fiestas todo el año, sin parar. No hay libertad. Tampoco autoridad. Cualquier actividad en el campo es objeto de castigo punible, multa y sanción. El empobrecimiento es también intelectual. Nos codifican. No nos ayudamos...
El Padre Báez.
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