POPURRÍ 559:
En el Año de la Fe (183): Se acercaban a Jesús; y la Fe, los curaba (según los Evangelios).
Al habla el historiador (183):
Tal como me lo contó...
... se los cuento.
Antes de salir el sol...
... me dirigía hacia la Radio (Radio Aventura, Siglo 21 [FM 107.8]).
Cuando oigo, que le dice a quien le acompañaba...
... “¡deja que salude al Padre Báez!”
Cruzó la calle, al tiempo que decía:...
... “¡va toó tumbao!”
Y entonces, después del saludo...
... y felicitación por el Programa (“¡Buenos días, Padre!”), le pregunto: ¿y eso de “¡va toó tumbao!”?
Y me lo explicó...
... me dijo, que en Fuerteventura...
... un majorero, le dijo a otro:...
... “¡va toó tumbao” (con referencia a un tercero), y que...
... el otro le dijo (o preguntó):...
... ¿por qué (o para qué)?
A lo que les respondió (o contestó):...
... “¡pá ordoñar al ganado!”
A lo que me precisó...
... no dijo “ordeñar”, sino “ordoñar”.
Pues, hasta aquí, mi relato...
... que no cuento.
Y no es, sino...
... ¡otra de pastores!
Pues esto, es...
... parte de lo que perdemos.
Y más allá de las palabras...
... o vocabulario.
Que perdemos, algo más que eso...
... y no me refiero solo al queso.
Que perdemos la profesión de...
... Abraham, de Isaac, de Moisés, de David, etc.
Y la de nuestros padres...
... y abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc.
Y ello, desde los guanches...
... hasta nuestros días, que el cabildo se los ha cargado.
Cabras y ovejas (también vacas y otros)...
... no pueden comer la hierba protegida toda.
Y aquél animal que coma hierba, tiene que ser hierba catalana...
... traída a tal fin, en contenedores.
Mientras, la nuestra me llega a la cabeza...
... y la reservan, ¿para qué?
Ustedes y un servidor...
... sabemos para qué.
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“... tú que descendiste al abismo para anunciar el gozo del Evangelio a los muertos, sé tú mismo la eterna alegría de nuestros difuntos...” (De las preces de las Vísperas).
“... acuérdate de mí por amor a tu pueblo, visítame con tu salvación: para que vea la dicha de tus escogidos, y me alegre con la alegría de tu pueblo, y me gloríe con tu heredad...” (Salmo 105).
“... tus acciones, Señor, son mi alegría, y mi júbilo, las obras de tus manos...” (De la la 1ª antífona de Laudes y Salmo 91).
“... el justo se alegra con el Señor, se refugia en él, y se felicitan los rectos de corazón...” (Salmo 63).
“... sé tú mismo, Señor, nuestra alegría, la que nadie puede quitarnos, y haz que, alejados de toda tristeza, fruto del pecado, tengamos hambre de poseer tu vida eterna...” (De las preces de Laudes).
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¿Qué pasa en el campo?
Hay algo, que funciona muy mal, y es el campo; es, que no funciona. Y de él sale, salía, debiera salir la alimentación, que compramos a otros, que enriquece al cabildo y empobrece cada vez más a los pobres grantabaiberos. Esta isla produciría para ella, para las otras y para terceros países del mundo, como antes así fue; sin embargo, ya tenemos a muchas personas pasando hambre en el Tabaibal (la leche tabaiba no se bebe, ni con ella se hace queso, tampoco es comida para ningún animal, y es lo único que producimos). Nada se siembra y ni siquiera se siembran esperanzas. La cosa se pone más que fea, y va a peor, y ningún partido político reacciona, y el miedoambientesepronilcabildicio, no se baja del burro, y solo persigue y multa a todo aquel que intente volver a la tierra, como hicieron nuestros antepasados desde que el mundo existe. La alimentación, depende de la agricultura (y ganadería), y contrariamente, no tenemos nada del sector primario. Dicen el sector primario es el turismo (que se va y huye de nosotros, cada vez más, y cada vez tenemos -¡gracias a Dios!- menos turistas. A ver si al fin se vuelve al campo, pero a la desesperada. Y pensar, que aquí había cosechas de verano, sin riego. Solo construyen carreteras con puentes y túneles para llegar un poco antes a cualquier sitio, y nada se destina a promover agricultura y ganadería. Estos políticos y la administración, solo ven el monocultivo de la tabaiba (antes era el pino, y aún siguen con él o ellos), y no diversifican las plantaciones de reforestación (todo con árboles estériles y envenenadores del terreno). Y solo habría, hay que sembrar y con ello la tierra se vuelve más fértil. Ya no se ve un cercado de millo por ningún lado. Las plataneras casi han desaparecido y la isla toda está llena de los tajos, surcos y acequias para los tomateros que la llenaba de mar a cumbre; ahora no se ven los tomateros por ningún lado (algunos en invernaderos). Ni siquiera ninguna mejora en el cultivo de nada; nada excede de la mínima agricultura familiar o testimonial y nada sobra para vender y ningún ingreso genera salvo el plato de comida para pocos y sin diversificación: solo tabaibas y retamas, acebuches y pinos. Nada se distribuye, y ningún acceso se tiene a la tierra que protegida y vigilada no te la dejan ni tocar; menos hacer algo en ella que no sea llevar un perro o más, contigo. Algunos mínimos agricultores se arriesgan, y a pesar de ello, pasan hambre por miedo a las multas. Algunos se suicidan ante la cantidad ingente e imposible de pagar con además cárcel, por una simpleza o bobada: poner una valla, o abrir un camino cerrado que ya existía antes y desde los guanches, desde siempre. Se trata de un perfecto desajuste. Ya hay más hambre en el campo, que en la misma capital ciudades o pueblos. A los pequeños agricultores no les alcanza Cáritas ni otras ayudas, y pasan mucha y más hambre que el resto dela población. Pasan hambre y son perseguidos si se la procuran. El hambre campea por el campo, que contrariamente es de donde debe salir la comida, o de donde salía la comida. ¿Qué pasa? ¡Que miedoambientecabildiciosepronil, lo tiene todo protegido y vigilado, y no dejan faenar en el campo. Inseguro se siente el campesino ante el acoso de los tres en uno, que se ceban a costa de la pobreza mayor. El campesino ha quedado sin alternativa, solo espera la muerte. Los precios suben sin parar, y se acerca sigilosamente una gran hambruna, que será mortal. Escasean los alimentos. No cultivamos. No sembramos. No producimos. Hay ya inanición. La que nos aguarda, no es nada halagüeña. Hay que producir. Hay que producir. Hay que producir. Hay que producir. Hay que producir. Hay que producir. Hay que producir. Hay que producir. Hay que producir..., pero, ¡no se enteran, porque les fastidiaría a ellos el negocio de las importaciones!
El Padre Báez.
Recuerden: Hoy, yoga a las 13,00 en Lomo Magullo (Colegio Padre Collado), y mañana Domingo, toca marcha arqueológica al Juncal de Tejeda (salida desde La Barranquera [Telde]), a las 11,00 horas.
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