jueves, 20 de junio de 2013

Popurrí 627 y Ha muerto el campo


POPURRÍ 627:

En el Año de la Fe (251): Sin Fe, ¡ni un minuto, ni un paso! Entre en Ella. Y ande.

 

Al habla el historiador (251):

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... le estamos resolviendo los problemas a las administraciones, que nos los derivan.

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... sin suplir a las administraciones, les estamos dando una ayuda subsidiaria a los que nos envían.

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... de esta forma frenamos el estallido social que amenaza a la sociedad, como explosión de lo que no se aguanta más.

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... la situación es dramática, crítica, deshumanizante, indigna, amoral, injusta, abusiva, trágica, etc., etc.

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... hay muchas personas en paro, sin comida, sin trabajo, sin derechos, sin dinero, sin... ¡nada!

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... las administraciones, como que no se enteran, miran hacia otro lado, como si no fuera con ellos...

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... estamos haciendo cosas a las administraciones, que no nos corresponden, les sacamos las castañas del fuego; y eso, no está bien.

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... no estamos para suplantar, sustituir y suplir a las administraciones y ocupar sus puestos (sin embargo, es lo que estamos haciendo, sin deber).

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... lo nuestro no es asistir (aunque lo hacemos), sino acompañar (cosa que también hacemos).

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... queremos reinsertar a los parados en el campo, en al agricultura y ganadería, pero las administraciones lo prohíben.

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... promocionamos el empleo, pero mientras el cabildo (miedoambiente y el seprona), viva de multar a los que hagan algo en el campo, de esta no salimos, sino a peor.

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... denuncio la situación de acoso que sufre el campesinado, que tiene que abandonar sus tareas por persecución del cabildo, multando por todo (hasta por llevar la vaca al toro, o cambiar de macho en el corral).

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... no hay posibilidad alguna de transformar esta situación (a un buen hombre que echa tierra de lo suyo en los suyo, le paran lo que está haciendo). A otro, para hacer algo, estuvo esperando  cuatro años (vallar un terreno, y al final le vino el ¡¡NO!!).

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... la situación se vuelve cada vez más más difícil (ni luz, ni brotes, sino multas).

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... menos mal, que la fe de los cristianos católicos, remedian la situación, pero eso no es la solución.

 

Como cura acompañante de Cáritas en el arciprestazgo de Telde-Sur...

... me extraña el rey condecore a un perro –que inconsciente, pues es un animal- olió, que es lo suyo- y nada hizo de mérito para condecorarlo y representar a un país embanderado y todo (¿perruno o cínico?).

 

¿Por qué no condecora su majestad a una pobre cabra...

... que ha alimentado a sus dueños e hijos, gratuitamente?

 

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“... el Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres...” (Salmo 125).

 

“... sácianos de tu misericordia, y toda nuestra vida será alegría y júbilo. Danos alegría...” (Salmo 89).

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Ha muerto el campo:

 

Ha muerto el campo, y no he visto ninguna esquela; tanta es su pobreza. Y ello, con ser el elemento más influyente en su economía en otros tiempos. Desde la creación del mundo, se ha llamado campo, y ha dejado de ser tenido como tal. La isla tuvo gran prestigio, cuando desde su redondez y pequeñez, daba de comer a medio mundo, a países y continentes. Entonces eran otros los políticos; ahora, se ha recrudecido el estado de colonia, y nos tienen reprimidos. Lejos de autoabastecernos, nos lo traen todo de fuera para redoblar nuestra dependencia, faltos de toda libertad como estamos. Pues, unos tiranos sin nombre nos someten y oprimen con extravagantes leyes y normas que nos paralizan y aquietan o paran en el más absoluto inmovilismo, desapareciendo los usos, costumbres, tradiciones y hasta la propia identidad desdibujada y mezcladas con las de todo el mundo. Tanto nos han cambiado, que ya ni parecido queda a lo que éramos o fuimos. Son cosas del colonialismo. Y ello, sin que surja el sentimiento de recuperar lo que fuimos y nunca debimos haber perdido. Todo se ha derrumbado. Y pensar vendíamos comida a medio mundo, y estábamos en el medio o centro del mundo por nuestros productos de inmejorable calidad. Ahora, ni siquiera se debate el asunto, tan drogados nos tienen con carnaval y fútbol, que idiotizada la sociedad tabaibera, embobada nada ve, sino goles y pinos que defienden a capa y espada, no dando sino fuego, y nada de ni que comer. Todo comenzó en los mal logrados años cincuenta, comienzos de nuestras desgracias; se dejó la agricultura, para que entraran aquí, todas las culturas, desapareciendo la nuestra. Han entrado todas, y ha desaparecido la nuestra. Han destruido nuestra Historia y pasado;  han desolado los campos (solo los pasean el miedoambiente, el cabildo y el seprona). Ahora vamos en vanguardia del paro, del hambre y la miseria. El cabildo es merecedor, por tal logro del premio Nóbel a la economía arruinada, destacando en ser el organismo mayor en multas por nada y sin motivo o razón, causando ya varios suicidios, pues marca la línea básica a seguir y que no es otra sino la de proteger (no al campesino) el campo del campesino, al que no lo deja tocar, y ni tampoco a ningún animal que éste tenga, desviando el cultivo a las escuelas donde los niños, y en la urbe entre los gases, humos y otras contaminaciones a lo que llaman huertos ecológicos. Ahorcando de forma dictatorial todo intento de volver al pasado, pues protegida la tabaiba y la retama, nada se puede hacer por donde ellas se enseñorean, que es en todos los terrenos de la isla y más. Cabildo pues, creador del mayor desastre jamás antes conocido, y sin parangón en el universo: que la tierra no se la pueda cultivar, por tenerla toda protegida con clasificaciones absurdas y ridículas, y tanto, que nos hace en una comunidad única por estrafalaria yen desmadre esquizofrénico de unos gobernantes que han perdido el norte y descerebrados, dan palos de muerte a la única que nos puede dar vida: la agricultura y a su inseparable ganadería, y todo para conseguir sus propios y particulares fines: engrosar sus ingresos a costa de multar al ya paupérrimo sector primario, donde se resisten sin poder tocarlo, los que por no tener a dónde ir, permanecen en él, sin poder tocarlo, pues le tienen prohibida toda acción propia del medio o sector primario. Donde se ha interrumpido la transmisión de la cultura propia con sus valores, ciencia y sabiduría. Y tanta es la cosa y tan grave, que de defensor de lo primario y su sector, se han convertido (los del cabildo y los suyos), en el mayor enemigo del campo y del campesinado, al que persiguen de forma inusual por presión omnipresente en vigilancia diurna y nocturna, en festivos y domingos, con sofisticados sistemas de observancia por aire y tierra, utilizando la venta de árboles frutales, para después multarlos por plantarlos sin permiso, y si para ello arrancaron alguna hierba mala, y sustituirla por el fruta (tendrán que pagar lo que en vida jamás dará el árbol en fruta), y tanta es la depresión, frustraciones y humillaciones, que cada vez son más los que se quitan de en medio, no yendo a otros países de emigrantes, sino a la otra vida o vida eterna, pues ya es más que grave, no dejen vivir del campo a los que viven en el campo y teniendo tierras de donde comieron y dieron de comer a tantos, sin que la tierra haya perdido su capacidad de producir, sino a más por tantos años de descanso o barbecho.

 
El Padre Báez.

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