POPURRÍ 621:
En el Año de la Fe (245): La fe, es
de millones, y millones (también en el tiempo); no te quedes fuera, ni vayas en
contra.
Al habla el historiador (245):
Mi primo Manuel Báez, vuelve a ser el Alcalde de
Firgas...
... ¡el único Alcalde independentista
(que se sepa). Y, sin vergüenza, pasea por donde haga falta la bandera de la
independencia.
El
Padre Báez.
Piden
hidroaviones, en lugar de ovejas y cabras sueltas...
... y en vez de pastores, tienen 400 bomberos montando
guardia día y noche, sin beneficio alguno, ni productividad de algo: vigilando
humos.
Andan
con huertos ecológicos urbanos...
... porque los huertos de las escuelas infantiles no
abastecen los mercados.
En lugar de plantar, piden ayudas...
...
con ayudas vamos a comer, en lugar de tomates, millo, papas, etc. La única
ayuda válida, es la que viene de nuestro propio campo.
Solo
piensan en el campo, para organizar recorridos de carreras (transgrantabaibal,
advanced, maratón, starter, trail running, extreme, etc., etc.)...
... y el campo, es para la agricultura y la ganadería
(pasa que lo han sustituido por lo dicho entre paréntesis, más arriba).
Nos
informan acerca de los cetáceos muertos, porque según parece dan más leche que
las cabras, y son una grandísima e irreparable pérdida...
... sobre las cabras muertas, no dan nunca esa noticia.
Agravio comparativo gravísimo.
Cabrearse y cabreo, viene de “cabra”...
...
también “cabrón (el macho de la cabra)”. ¡Digo!, sin ninguna otra pretensión.
“Hay
que garantizar la comida de los niños” (Isabel Mena)...
...
“hay que garantizar la comida de toda persona, independiente de la edad” (Padre Báez).
Siguen apareciendo por las costa, animales muertos
(gallinas, bayfos, vacas, etc.)...
...
como para enterrarlas según normas del cabildo, que luego te cuestan un ojo de
la cara (¡o un riñón). Más van a seguir apareciendo: no te los dejan enterrar
en tu terreno, ¡pues a la mar (por pesca [si es que te dejan –porque sin
licencia, multa que te pego-])!
Alguien (no voy a dar su nombre), me manda este correo.
Creo –firmemente- no le falta razón. A usted, ¿qué le parece?...
...
“... NO SERÍA MALA IDEA HACER UN CONCURSO DE TODAS LAS PERSONAS QUE
QUIERAN APRENDER DE LA AGRICULTURA Y LA GANADERIA, Y QUE APRENDAN EN FINCAS DE
AGRICULTORES Y GANADEROS QUE LOS PRECISEN, Y QUE SEA EL AGRICULTOR Y EL
GANADERO EL QUE LES ENSEÑEN A TRABAJAR EL CAMPO, ¡QUE MEJOR MAESTRO!, CREO QUE
SERÍA UNA IDEA PARA QUE LA GENTE SEPA LO QUE ES UNA CABRA, UNA VACA, ETC... Y
APRENDAN A ORDEÑAR Y A CULTIVAR LA TIERRA, Y SALGAN CON UN TÏTULO DE AGRICULTOR,
"TÍTULO", ¿DONDE DAN ES TITULO?, JAJAJA..., SE ME OLVIDÓ: QUE ES LA
ÚNICA PROFESIÓN QUE NO TIENE TÍTULO, PERO TIENE BUENÍSIMOS PROFESORES QUE NO
LES HACE FALTA TENER NINGUN TIPO DE TITULACIÓN, YA LES VIENE ENSEÑADO DESDE SUS
ANTEPASADOS...”
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“... que los cristianos se alegren siempre de ese resplandor
(de la Iglesia)...” (De las Preces de Vísperas).
“... mañana (hoy) nuevamente la antorcha de la luz y la alegría...”
(Del himno de Completas).
“... se me alegra el corazón, se gozan mis entrañas..., alegría
perpetua...” (Salmo 15).
“... esto pido (...) se alegren por mi causa...” (Salmo 37).
“... gozo y alegría, que se alegren los huesos..., la
alegría de tu salvación...” (Salmo 50).
“... alegra con ese manantial (agua del costado de Cristo) a
la ciudad...” (De las preces de Laudes).
“... convierte su dolor (del trabajo) en alegría de amor...”
(Del himno de la Hoa intermedia).
“... verán con alegría que he esperado en tu palabra...”
(Salmo 118).
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Se
espera en el campo...
... que se rompan los candados que lo cierran
(miedoambiente-seprona-cabildo) y que se pueda volver a trabajar -como siempre
fue- en el mismo. Pasan los años, y no se ve la luz, ni una rendija, sino cada
vez más oscuro el panorama. Para todo hay que pedir licencia, hasta para lo más
anodino, y en 99,99 % de los casos, no te dan permiso; te lo niegan todo,
aduciendo miles de leyes y sus artículos. Las tierras mientras, se apelmazan,
se endurecen, se petrifican... Desde que se nace, se ponían los pies en la
tierra, en ella se jugaba, se aprendía el arte y la cultura del agro (del
campo), se trabajó en él, hasta que llegó el turismo y el cabildo se dedicó a
poner la isla del verde de sus bosques, y aún no han parado de plantar, robando
tierras a sus dueños, a la siembra y al ganado. Se era feliz. Ahora, sin
horizontes. No hay quien salve el campo. Y la gente del campo, lo ama
apasionadamente. Han destrozado los cimientos de la economía, la comida. Se era
libre en el campo; ahora, todo es delito (salvo el 0,01 %). Es decir, casi
nada: todo es sancionable. No hay ya paz en el campo, donde reinaba la alegría.
Se respetaba y aprendía de los mayores. Se estaba abierto al cielo. Salían
también universitarios. Pero, ¡cuántas adversidades! Hemos tenido que renunciar
al sector primario (se lo han trasladado al turismo -que ya no viene-, y le
siguen plantando pinos [las tabaibas y retamas, se multiplican solas]). Es, lo
único verde. Antes: higueras, castañeros, nogales... Hemos tenido que renunciar
a nuestra cultura, y hemos aprendido a
vivir en el paro, teniendo el tajo; pero, no se puede dar un mochazo, porque
vigilado, ¡multa que te pego! Y, necesitamos la tierra, sin cortapisas, sin
miedoambiente, sin el seprona, sin el cabildo. Más que confundido anda el
campesinado, que tiene que renunciar a su origen, a su identidad, a su
tradición... Si miramos hacia atrás,
veríamos cómo siempre -y en todas partes- la agricultura y la ganadería fue y
es lo primero y más importante; pues de ellas, la comida (¡y el trabajo, sin paro!).
¿Qué interés se sigue, con la protección del campo y sus basuras (hierbas malas
y estériles, algunas venenosas como la tabaiba, el cardón, etc.)? Se está
perdiendo un muy rico vocabulario, propio de las faenas y sus aperos, con
expresiones, refranes, romances, cantos, etc. Trabajos, que llenaban las vidas;
actividades tan variadas como completas. La ayuda al que tenía una faena mayor,
todo solidarios. Valores que se pierden. Sabiduría milenaria, que desaparece.
No, no se sabe qué futuro nos aguarda, pero no es –ciertamente halagüeño-. Se
borran los caminos. Y todo era nuevo. Cabíamos todos en el campo (ahora,
nadie). Se vive en estado de guerra real, sin armas (por nuestra parte).
Reprimidos. Acosados. Multados. Vigilados. Ha llegado el hambre. Se sobrevive a
duras penas. No se vive. No hay seguridad; se es vulnerable. Pastores ya no
quedan (solo unos pocos ancianos con más de 80 años, y reducidos sus rebaños).
Y no es añoranza, es el pasado interrumpido absurdamente, por unos políticos
egoístas, que tienen en la importación sus negocios, a los que si nuestro campo
produjera, se les venía abajo el chollo...
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