miércoles, 12 de febrero de 2014

aviso a navegantes


¡Peligros tabaiberiles!...

 

… que toda la tierra insular, se llene de su nefasta presencia (menos para el cabildo que le es de gran beneficencia), ya es grave, pero gravísimo le parece a un servidor, que te las planten en parques, jardines, rotondas, orillas de carreteras, etc., espacios públicos, en los que por el daño y males que ocasionan, deben estar alejadas, como la droga, pues es que a nuestros embellecedores de carreteras, rotondas, parques y jardines, se les han olvidado los geranios y claveles (de sol [que no necesitan agua]), y solo te ponen estas -entre otras plantas- peligrosas, con leche amarga como la de las tabaibas al tratarse de cardones y semejantes, pero no salgamos de nuestra línea tabaiberil, dado que es la que más prolifera, sin que cebada, ni trigo, ni millo compita con ellas sin número de ejemplares que lo llena todo y por todas partes, sin que nadie frene u ose ponerle obstáculo, cortándole el paso, porque dinero no hay después para pagar multas como a aquel enamorado que por poner en piedras el amor despechado, arrancó algunas tabaibas -¡amores doblemente desgraciados!-, pues confesión tal, arrancando algunos ejemplares, están calculando por pieza y cantidad por cuánto le saldrá su fiebre afectiva o amorosa. Y es, que con las tabaibas endiosadas, no se juega, te condenan al infierno de multas que te quitarán la vida y propiedad. Y que vivero tenga el cabildo de tabaibas, y las expandan, y reforeste la isla es desgracia para el pueblo, y gracia para ellos, que las vigilan y controlan, pues para eso y por ello las tienen protegidas (a la par que desprotegen cabras y cabreros, entre otros aperos).

 

El Padre Báez.

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