Y 6 (seis) meses de cárcel...
A mí, que me registren. Uno, está metido, en dar voz, a los que no la tienen, o tienen miedo de utilizarla; dicen no saber hacerlo, temen represalias, no les dan cabida, ni cobertura en ningún medio, y los pobres callan; por eso, uno lo hace por ellos, soy –pues- la voz de ellos; por eso escucho, por eso me cuentan, por eso me dicen. Es posible, en algún caso, se exagere, y hasta en otras se mienta; pero cuando todos te lo repiten, como que debe ser verdad.
Lo del título: “Y 6 meses de cárcel”, puede pensar uno es con alguien que político corrupto, ¡hasta poco es!; o tal vez se trate de algún asesino (aunque es poco esa sentencia y condena, si fuera por ello). Que sea 6 meses, piensa uno, en algo gordo, aunque no gravísimo, pero de cierto calibre, como para privar de la libertad, a alguien que –inocente- antes de someterse a la vergüenza pública de ser un expresidiario –cuando para otros, esto es un logro, como ponerse medallas, y tener mérito ante sus colegas, el de mi caso, mi hombre, antes de ir a entre rajas, cogió el estanque y se ahogó, aunque no faltan los tontos, que dicen: “¡a lo mejor, se cayó, tropezaría y se caería dentro del estanque!” Ingenuo y bobalicón, que querrá quitarle hierro al que se quitó la vida, dejando viuda joven y dos niñas pequeñas huérfanas...
Que todavía no he dicho, la cusa de tal sentencia, que además venía acompañada con una multa de trescientos mil euros, y todo el mal que hizo, fue facilitarse el camino, ensanchando el que ya existía, para llegarse hasta lo suyo y emprender agricultura, que remediase su economía, pero en mala hora, porque eso, eso es un delito gravísimo, que se paga con cárcel y 50 millones de pesetas, por ensanchar un camino.
Y, cuando de nada de esto nadie dice nada; cuando esta noticia no ha salido ni ha sido comentada por absolutamente nadie, un servidor, lo grita, para que se vea y se sepa lo que es capaz de hacer el seprona y medio ambiente, presentar sus pruebas en fotos, con número de retamas cortadas –que no arrancadas-, con pitas cortadas –que no arrancadas-, con zarzas cortadas –que no arrancadas- y así otras yerbas basura, de las que tenemos billones y billones de ejemplares, que nada remedia, como cañas, beroles, tabaibas, etc., y que son pura basura, todo esto tiene preferencia a que su tierra, este pobre hombre, intentara cosechar algo, pongamos que papas, por ser lo mas normal.
Que no suficiente con una multa descomunal, monstruosa, incapaz de poder pagarla –salvo la venta de todas sus propiedades: tierras, casa, coche, etc.-, que no pareciéndoles lo bastante, encima lo meten en prisión, por el solo delito de ensanchar un camino, cuando obras públicas y el cabildo hace carreteras abriendo y rompiendo paisajes, montañas, barrancos, pueblos, ecosistemas, yacimientos, etc., etc, y para llegar con camión cuba y regar pinos, abren verdaderas pistas de aterrizaje por lugares inimaginables, rompiendo cuanto les entre en la pala mecánica, que inmisericorde, rompa cuanto haya que romper, sin que nadie multe al cabildo por destrozar la isla; cuando esas obras faraónicas rompe cuanto haya que romper (véase los prolegómenos de la carretera túnel y puentes por debajo de Tamadaba y Andén Verde, etc., etc. que un desgraciado pobre hombre sabio del campo, que solo intenta llegar hasta su propia tierra, abandonada años atrás, cuando el turismo y la construcción, y queriendo recuperar lo de siempre, limpia un camino, y le cae encima el peso aplastante de una ley abusadora y machacadora, que extermina -¡y nunca mejor dicho!- al hombre del campo, que se quita la vida, antes de someterse a leyes, multas y sentencias, ¿justas?
Ustedes, mis lectores, dirán.
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