Sin nombre:
Lo malo del tabaibal, es que nos hemos quedado sin tradición, y sin progreso. Nos hemos alejado de la tierra; se ha cambiado el modo de vida; no se mantiene el esquema de siempre, el de toda la vida, y nos hemos salido del mundo real, y nada se conserva del pasado. La agricultura, nos devolvería a la riqueza; pero, vivimos esperando a turistas, que ya no van a volver, ni a venir.
Se ha perdido el ritmo agrícola y ganadero. El campo y la tierra son las dos columnas de las islas. Nuestros productos fueron, los mejores del mundo. Esta tierra, producía nuestra comida, y comida para el mundo. Pero, vinieron las ayudas, y se acabó todo. Todo es nostalgia de un pasado reciente, al cual no se quiere –o no nos dejan- volver. Ya, no hay empleo. Se acabó la ilusión.
El problema está, en que no se recupera terreno, sino que lo seguimos perdiendo. Hay una legislación, que lo impide. Le falta lógica y razón (parece hecha con el culo, y no con la cabeza); con una complejidad tal, que es un sin sentido absurdo y criminal, que corta todo sueño de avance o simple vuelta hacia atrás. Normas, que aturden. El hombre del campo, no tiene ya, derecho a nada, sino al desempleo. Nada se exporta. Hemos perdido nuestra identidad, y la comida (o el alimento).
Y tuvimos la mejor cultura (la agricultura), superior a cualquier otra del mundo. No hay sino que mirar lo que era la geografía primera, y cómo el canario de otro tiempo, cambió esa fisonomía. Ningún trabajador, nos ganó. Nos quedamos sin industria alguna. Nos quedamos sin la cultura primera. Ahora, nos alimentan desde fuera. Y hemos dejado de ser, lo que éramos o fuimos.
El Padre Báez
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