Ayudan

al queso

de afuera

Ya es triste y da pena, que pase lo que está pasando respecto al queso; que tenemos el mejor queso del mundo, premiado con oros y plata, y que un queso, que parece de goma, que viene de fuera, con la peor leche del mundo, y que a veces, ni es de leche sino de polvo, que no tiene el sabor a nada, y que porque cabildo y gobierno tabaibero le ayuda con dineros, llega más barato al consumidor, y el nuestro ni tiene venta, ni salida, sino que “se pudre y lo tiran”, como me han dicho, en concreto, en La Breña (Telde), y todo porque no tienen registro, para lo cual, tienen que entrar en la legalidad, que le chupa la ganancia con visitas de veterinarios, y con requisitos ridículos, cuando Manuela lo hacía con el culo, y nadie se intoxicó, sino que era el mejor queso, el más buscado, y el más vendido, y ello, porque en lugar de pegatina alguna, con nombre y apellido, lugar de origen, con número del lugar, y pueblo, con la “E” pertinente seguida de números, más el teléfono, e incluso el móvil, con los ingredientes -como si para hacer queso, hiciera falta otra materia que no sea la leche-, si de cabra u oveja (de vacas ya imposible, porque las tres que quedan no las tienen para leche, sino para carretas y romerías), y si el cuajo es de baifo o de polvo comprado,  y si le meten extracto alguno –que no sea el ambiente que le da el tono y sabor-, y todo ello en %, con un nif y un número más que responde a las iniciales R.I.A., y que por ser de aquí, empieza por 35, seguido de cinco cifras más, el de Manuela, llevaba la sola marca de hendidura formada por entre nalgas y labios vaginales. Digo, que nuestro queso, es postergado, ante un queso basura, que nos los meten más barato, cuando el nuestro, con un euro más, es pura delicia, y tiene que competir duramente, sea tierno semiduro o duro, con un queso, que sabe a baba, y se desagua; un queso, que apesta, si lo sacas de la nevera, después del tercer día, y pierde forma, y se te hace una torta, aún viniendo de aquí, por no ser un queso-queso.

Traiciona al tabaibero, administradores traidores, que prefieren ayudar a gente extraña, que nos matan con veneno en queso, poco a poco y reciben por ello subvenciones y ayudas, para que nos traigan sus quesos de mierda, a la par, que nuestro queso, queso de verdad, queso de premios, queso de mesas reales, queso, que se deja comer con solo verlo, a este queso que es una gloria y un placer comerlo, con lo que sea (con papas sancochadas, en bocadillo, en y con gofio amasado, en las mil recetas, que el queso, es la comida más alimenticia (recuerdo, que mi padre se iba a trabajar, con un trozo de queso y una taleguita de gofio, una lata vacía donde hacía su pella, y con fruta del tiempo y de los árboles directamente, se alimentaba, y vivió sanamente, sin enfermedad ninguna, sino la de amar sobretodo y más que a nada [después de a Dios y a la familia], a las cabras, las dadoras de leche y queso tan rico, que era y es salud, pero están empeñados los que nos administran y nos multan por todo (si la quesera no esta azulejada de blanco, color leche; si la pastora o pastor quesero, no tiene cofia y guantes, si no tiene un baby blanco, pulcro como la leche, etc., etc.), en lugar de ayudar y subvencionar nuestro queso, lo hace con el de fuera. ¡Cómo recuerdo, que con un folletín de esos tipo cuadernillo, donde distintas áreas comerciales nos ponen fotos de sus productos y promociones, con los precios, aquella pastora amiga, saca de entre los muchos papeles, este cuadernillo o folleto, lo abre y me enseña un queso de color negro la cáscara, con el precio de 5,99 euros el kilo, y me dice, ¿cómo vamos a ganar si no puedo vender por menos de 6,50 euros el mío, si ese es más barato! Pues esto, hay que agradecerlo a los que en lugar de favorecer y ayudar a sus propios paisanos, se dedica a ayudar a desconocidos, que en tierra del mejor queso del mundo, nos meten un queso basura, traídos del mundo entero, que hasta da asco, por el mal olor (pero es ahí, donde ellos tienen sus grandes negocios, y nada les importan hundir lo nuestro, con tal de forrarse ellos. ¡Ah, granujas, gamberros, bandidos, canallas...!

El Padre Báez.

(dedico este comentario a Tomás y a Josefa, de quesos “El Espigón”, de La Higuera Canaria [Telde]).