En previsión o en
prevención...
... de incendios, me da igual, y no es de recibo que
unos 300 hombres, en turnos de cada ocho horas se turnen, y así en cada jornada
tres turnos de 100 hombres, sin más uso ni beneficio se pasen la jornada de
trabajo, con anteojos en las manos en distintos puestos de la isla desgraciada
-por los pino- nuestra, y en cruces, en lomas, en tesos, en llanos, en
barrancos, en puntones, en degolladas, en cien sitios: más guardias civiles, más
policías, más gente del ejército, mas de protección civil, más de la cruz
encarnada, más... ¡la madre que los parió!,
se pasen medio año vigilando dónde
hay un conato de incendio o dónde sale humo, para de inmediato, helicópteros y
bomberos, y una parafernalia del carajo, se forme en torno al bidón que quema
unos pajullos, y para evitar incendios, no se dan cuenta estos cerebros d
chorlitos, que si cada uno de los 300 citados, tuvieran una jose (hoz) en la
mano o una cabra de cabresto, no habría brizna de hierba seca que pueda arder. Y
todo por y para salvar la vida de los pinos, que son los que han desertizado y
desgraciado a la isla quitándole toda el agua, y sin que ellos atraigan una sola
gota para bien ajeno o al margen de ellos mismos, que por no dar no dan sino
pena, pinocha y resina que arde como rosquilla. Y el cabildo paga a esta caterva
de gandules por un trabajo de solo vigilar, sin más bien que el dinero que se
echan a la cartera sin que redunde en bien alguno, en nada ni en
nadie.
El Padre Báez, que si en tanta prevención o previsión,
arrancaran los pinos y los sustituyeran por nogales y castaños, olivos y
almendros, tendríamos comida, y sobrarían guardianes de incendios, porque lo
dicho no arde ni con gasolina que se les echen. A ver si se pone las pilas el
cabildo y deja de plantar -por si habían pocos- 350.000 pinos más, solo en
Veneguera, que el
plan es no parar durante cuarenta (40) años más plantando pinos. Eso sí, la
rentabilidad y el negocio de un
incendio, por más que quemen casas, cosechas, animales y cueste alguna vida
humana, es mucha para ellos, que son unos criminales, luego siempre encuentra un
tonto culpable, cuando son ellos los que hacen incendios controlados y cuando se
les van de las manos, encuentran al tonto que paga los platos rotos por ellos;
los pobres a la cárcel, y ellos, libres. Pues, ¡viva la Pepa! Es lo que hay, y
aunque nadie lo dice, todo el mundo lo sabe y es que es así. ¡Menudo chollo un
incendio!: luego hay que volver a plantar..., ¡y trabajito!, que no hay mal que
por bien no venga. Pero hay más, que ya les iré contando, poco a poco, que aquí
plantamos lo que arde, sin más, y más.
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Sin embargo, los hay que me llevan la contraria, como un
tal G. H., que le concede lugar y espacio
a los pinos (un servidor también: colgados de los riscos, que es su
sitio, no en terrenos de cultivo y de pastoreo, ejemplo: la Cumbre y por todas
partes, a no ser que G. H. se refiera a su jardín, donde naturalmente es muy
libre de poner lo que él quiera, que para eso es su dueño, pero la isla es
nuestra, de todos, y no solo la finca del cabildo), aunque deriva por otros
derroteros, pero, ¡allá cada cual con sus cadaunadas! Tal vez sea alguien de miedo
ambiente, no sé:
HAY SITIO PARA
PINOS CANARIOS Y SITIOS PARA FRUTALES PERO LO QUE NO HAY ES CAMA PA TANTA GENTE.
QUE DEJEN DE VENIR YA EUROPEOS QUE NOS INVADEN Y NOS EXPLOTAN, NI TAMPOCO DEL
RESTO DEL MUNDO QUE ES GRANDE Y CANARIAS TIENE UN LÍM ITE Y LAS CALIDAD DE VIDA
DISMINUYE
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“... ¿Qué ves en
la noche, dinos, centinela?...” (del himno de las II Vísperas de hoy).
/ “... justicia y verdad... verdad y
rectitud...” (salmo 110).
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