Tabaiberismo medioambiental
dividido…
“… ladrón… adúlteros… sueltas
tu lengua para el mal, tu boca urde el engaño… te acusaré, te lo echaré en
cara…” (del salmo 49).
“… tiempos difíciles, como no
los ha habido… hasta ahora… acabe la opresión del pueblo…” (del profeta Daniel
12, 1-13).
“… cuando
sembramos de esperanza, cuando regamos con dolor, con las gavillas en las manos,
levantamos el corazón…” (del himno de las I Vísperas del Domingo
I).
… mala cosa es que un ente, organismo, sociedad, familia
o lo que sea esté dividido; eso es el comienzo del fin o un mantener una
situación insostenible e inaguantable. La división, es la regla de terminar o de
vencer el que quiere. Y la cosa es grave en el lugar y sitio señalado, porque es
que hay algún elemento, que irreductible -al presente- anda haciendo de las
suyas cual si sheriff fuera y todo el
campo suyo. No diremos su nombre, sino que cual piedra o risco, y no doy más
datos, anda no ya metiendo miedo, sino terror, y con prohibiciones sacadas de sus normativas, para decir a los
campesinos, no pueden plantar millo ni papas, y sí una higuera o castañero, y es
tal la cosa, que siendo éste un comportamiento singular, el resto paga las
consecuencias, porque sin tanta maldad andan tratando hacerlo lo mejor que
pueden con cierta flexibilidad, y hasta con ayudas desinteresadas, sino por amor
a la profesión y medio, que ayudan pero la actuación del primeo lo echa todo a
perder, y tal es la cosa que la de la Mar -no sé si me entienden- no sabe, o no
quiere, o no puede quitárselo de encima, cosa que sí tratan los compañeros del
otro lado, porque por culpa de uno (éste), todos son iguales y pagan los platos
rotos de la difamación, del desmérito, y del terror que les causa al campesino
con solo verlos venir, creyendo son de la misma calaña, y es que es
desesperante, abusador al máximo y con delirios de grandezas, se cree dueño y
señor de la isla y trata a todo el mundo por el mismo rasero con su grave
complejo de inferioridad subido al verse vestido de uniforme y con un número de
agente, cual si fuera el 007, como algunos ya lo llaman y no a pedrada, por no
hacer mención a su nombre. Y tal es la cosa, que mientras este individuo siga, y
sus compañeros no logren quitárnoslo de encima, cosa en la que tratan de
pillarlo, por si la justicia por fin limpia el medio ambiente y deja de ser
miedo ambiente. Que, repito: no son tan malos el resto, sino que anda este
garbanzo negro de por medio, echándolo todo a perder, como si todo fuera suyo, y
rigorista al máximo lleva hasta las últimas consecuencias o al pie de la letra
la normativa, y según este espécimen que deshonra al gremio, anda cual macho de
las cañadas respirando odios, venganzas personales, reprimiendo y liberando
antipatías, negaciones y prohibiciones todas a su paso, sin que nadie ose
frenarlo o quitarlo de en medio, pero no de mala muerte, y sin ésta, sino por
enfermedad claramente manifiesta y evidente, con delirios de grandeza y de
poder, machacador frustrado que libera así sus complejos, está haciendo un daño
irreparable al ente y a la gente, pues como gallo altanero, anda poniendo su
orden en todo el gallinero, sin dejar nadie, nadie pueda vivir de lo que siempre
se vivió, de la tierra, sin que nadie a él le pare las patas o pies, porque más
parece animal irracional que persona, pues sus multas caminan, y según leyes
estrictas siempre tiene las de ganar, porque fariseo y cumplidor de hasta la
última tilde, no hace acepción, concepción o interpretación según qué casos, e
irreductible e inflexible, cual severo legalista -o abogado sin serlo- juez e
interprete de las leyes, normas y demás preceptos, se está cargando poco a poco,
y poco queda ya, la agricultura y ganadería, pues cual perro lobo, anda detrás
de todo campesino, para chuparle la sangre sin misericordia alguna. Ya es hora,
el medio ambiente se libre de este que
solo mete miedo en el ambiente y denigra y afrenta a la institución o
Consejería. Y ya saben, les dí una pista de su nombre y no más: del gremio de
las piedras o riscos, pasea así no nombre por la isla, la que considera su
huerto particular e investido del todo-poder se cree un dios y señor. Pues ojito
con él, y a ver si la del Mar consejera, le para los pies, cosa que intentan sus
compañeros todos del otro lado, pero ya está bien, y no es justo siga haciendo
tanto daño, por si estamos a tiempo de librar algo de la tierra y volver a poner
un animal en lo de uno, y poder plantar lo que uno quiera y no lo que él te
indique según normativa, pues cada uno en los suyo haga lo que le venga en gana,
siempre y cuando a nadie perjudique, pues con todo esto, nunca mejor dicho:
Amén, o que así sea.
Nota, creo que el
presidente, no tiene conocimiento del hecho, porque de tenerlo ya hubiera
destituido a la del Mar, por incompetente (a no ser que al presidente le
interese por las multas el dinero que gracias a este personajillo del 3 x 4, le
entra en las arcas, pero que es un dinero robado y por tanto injusto).
El Padre Báez.
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¡Casi nada! Tengo a quién imitar, pues me ganaron en
ejemplaridad. Modelo me dejan y sus huellas si puedo seguiré, aunque sea de
lejos:
SACERDOTES
I
De los seis nacidos
de abnegados labradores,
por suerte y su tesón
el menor fue sacerdote.
Emigraron para Cuba
los dos fornidos varones,
las tres hembras se casaron
con dignos agricultores.
Y se quedaron los padres
bordando sus ilusiones.
Agradecido a los suyos
el buenazo sacerdote
con entrañable cariño
los colmó de bendiciones,
pero no pudo pagarles
las fatigas y rigores
con que sus honrados padres
hilaron días y noches,
porque pagas y limosnas
las compartió con los pobres.
La caridad predicada
en sus bonitos sermones
la practicó con sus hechos
por cuevas y caserones.
Escogió de monaguillo
a su sobrino más pobre
quien a sus veintidós años
fue también buen sacerdote.
Los dos fueron misioneros,
los dos fueron redentores.
Inculcaron paz y amor
frente a los ruines rencores,
inculcaron la moral
frente a las lujurias
torpes.
…
Cuando los dos fenecieron
lloraron los corazones
de las sencillas mujeres
y de los honrados hombres,
y las campanas cantaron
las gracias y los loores
a los que de Cristo fueron
dos auténticos
apóstoles.
II
Caminaron, caminaron,
caminaron sin parar,
como los días y noches,
como las ondas del mar,
como las ansias del alma
en busca de amor y paz,
como la ilusión del pobre
que se viene y que se va.
Compartieron con sus fieles
gofio y suero, miel y sal,
predicaron los anhelos
de justa fraternidad,
sufrieron por no lograr
el general bienestar
porque soberbios prebostes
mangonean con maldad.
Predicaron, predicaron,
predicaron sin cesar
frente a lucros y boatos
la modestia y sobriedad,
frente a bullas insolentes
la tranquila soledad,
frente a chismes mentirosos
la prudencia en el hablar,
frente a gritos de desprecios
las voces de caridad,
…
frente a lascivos abortos
la amable maternidad,
frente a corbatas corruptas
el arado y el dedal,
frente a palcos de soberbia
las sillas de la humildad,
las palomas de la paz,
frente a la amarga discordia
la dulzura del
amar.
Sacerdotes como aquellos
brillantes en santidad,
evangelistas de Cristo,
apóstoles de verdad,
forjadores de esperanzas
precisa la
humanidad.
20 de mayo de
2014
Francisco Tarajano
Pérez
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