No hay fiesta
sin exposición del reducido y escaso número de animales o de
ganados.
No hay
fiesta sin exposición del reducido y escaso número de animales o de ganados,
que nos quedan y que van a menos, y que por ser siempre los mismos,
llevados a los distintos pueblos y a todas las Fiestas, parece como si
tuviéramos una gran riqueza en cabezas, que es como se denomina al número de
animales, bien sea de cabras, vacas u ovejas, a los que modernamente, al
escasear las citadas se complementan con perros, gallinas, pájaros, mascotas,
etc., es decir una tomadura de pelo, y claro, habida cuenta que el que va a una
fiesta no va a la otra cree que tenemos una boyante cabaña en los distintos
animales, cuando la verdad, es que el número de ejemplares te los dan contando
toda esa clase de diversos especímenes del mundo zoológico o faunístico. Y otro
tanto ocurre cuando hacen exposiciones, en los que te dan números y ahí entra el
arca de Noé, con cuanto bicho pertenece al mundo de la fauna o reino animal,
aunque te despistan con alguna trilla o algo parecido, porque ya ni trigo hay
para esas exposiciones o muestras de lo que antes se hacía para obtener semillas
y granos, que al presente nos los traen del mudo mundial, y que de no ser así
nuestros ya cada vez más que escasos animales no tendrían alimentación posible
dado que aquí ya, nada se siembra, nada se cosecha, todo de pinos y matando las
cabras libres el cabildo como es de sobra sabido, pero que nos engañan con ese
paripé de ferias o muestras; pues, si de granja se trata, como no sea la del
cabildo cerca de Arucas, por la carretera del norte, donde concursos,
exposiciones, ganados selectos (¡mentiras, porque el selecto-selecto es el de
las cabras libres que el propio cabildo mata, pero así se engaña al personal).
Que lo que es aún en tiempos cercanos teníamos una más que rica cabaña
animalística o faúnica, donde cabía de todo (cabras, ovejas, vacas, cochinos,
burros, caballos, mulos, etc.), pero que al presente nos muestran perros, como
si de ellos tomáramos leche e hiciéramos queso. Pues que perdemos la raza de los
mejores animales al tenerlos a la sombra y en prisión.Ya casi no hay eche, y
menos quesos de nuestros animales lecheros, que paulatinamente están
desapareciendo, y así se te saltan los ojos que no ves una trilla por ningún
lado. Es decir en animales vamos a menos y por si era poco, el cabildo mata las
mejores cabras, que son las libres, las que andan sueltas en lugares
inaccesibles donde precisamente está empeñados en plantar lo que no pega y echan
la culpa a las pobres cabras a las que tienen sentencias de muerte, porque dicen
se comen los pinos que plantan donde es imposible llegar. Y así la cosa, comer
queso de aquí ya es operación más que difícil.
El Padre Báez, Pbro.
24-06-18
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