domingo, 24 de junio de 2018

No hay fiesta sin exposición del reducido y escaso número de animales o de ganados.
 
No hay fiesta sin exposición del reducido y escaso número de animales o de ganados, que nos quedan y que van a menos, y que por ser siempre los mismos, llevados a los distintos pueblos y a todas las Fiestas, parece como si tuviéramos una gran riqueza en cabezas, que es como se denomina al número de animales, bien sea de cabras, vacas u ovejas, a los que modernamente, al escasear las citadas se complementan con perros, gallinas, pájaros, mascotas, etc., es decir una tomadura de pelo, y claro, habida cuenta que el que va a una fiesta no va a la otra cree que tenemos una boyante cabaña en los distintos animales, cuando la verdad, es que el número de ejemplares te los dan contando toda esa clase de diversos especímenes del mundo zoológico o faunístico. Y otro tanto ocurre cuando hacen exposiciones, en los que te dan números y ahí entra el arca de Noé, con cuanto bicho pertenece al mundo de la fauna o reino animal, aunque te despistan con alguna trilla o algo parecido, porque ya ni trigo hay para esas exposiciones o muestras de lo que antes se hacía para obtener semillas y granos, que al presente nos los traen del mudo mundial, y que de no ser así nuestros ya cada vez más que escasos animales no tendrían alimentación posible dado que aquí ya, nada se siembra, nada se cosecha, todo de pinos y matando las cabras libres el cabildo como es de sobra sabido, pero que nos engañan con ese paripé de ferias o muestras; pues, si de granja se trata, como no sea la del cabildo cerca de Arucas, por la carretera del norte, donde concursos, exposiciones, ganados selectos (¡mentiras, porque el selecto-selecto es el de las cabras libres que el propio cabildo mata, pero así se engaña al personal). Que lo que es aún en tiempos cercanos teníamos una más que rica cabaña animalística o faúnica, donde cabía de todo (cabras, ovejas, vacas, cochinos, burros, caballos, mulos, etc.), pero que al presente nos muestran perros, como si de ellos tomáramos leche e hiciéramos queso. Pues que perdemos la raza de los mejores animales al tenerlos a la sombra y en prisión.Ya casi no hay eche, y menos quesos de nuestros animales lecheros, que paulatinamente están desapareciendo, y así se te saltan los ojos que no ves una trilla por ningún lado. Es decir en animales vamos a menos y por si era poco, el cabildo mata las mejores cabras, que son las libres, las que andan sueltas en lugares inaccesibles donde precisamente está empeñados en plantar lo que no pega y echan la culpa a las pobres cabras a las que tienen sentencias de muerte, porque dicen se comen los pinos que plantan donde es imposible llegar. Y así la cosa, comer queso de aquí ya es operación más que difícil.
 
El Padre Báez, Pbro. 24-06-18

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