En nuestra mesa, no falten
productos agrícolas.
En nuestra mesa, no falten
productos agrícolas. Son lo mejor para la alimentación. Y curiosamente
faltan agricultores. Y tenemos que volver a lo convencional a lo de siempre y en
todas partes. De la tierra los nutrientes necesarios para una vida sana. Pero,
¿qué cosechamos? Y es que desde el balcón, pasillos o azotea de nuestra propia
casa a falta de huerto o tierras, podemos plantar y comer de ello. Si pusiéramos
más verde en la mesa, sobrarían los médicos (o medicinas). Pero, sabemos cómo
los pinos y las tabaibas están robando terrenos de cultivo. Y es imprescindible
la producción sea local para que sea sana. Nada sabemos acerca de cómo se
produce lo que nos traen de fuera. La novedad en alimentación pasa por comer
como siempre se ha comido, es decir del campo y no de la industria con sus
procesamientos, que tan nocivos y perjudiciales son para la salud, y son la
causa de graves enfermedades. Otro tanto digamos de la ganadería como fuente
saludable de alimentación, si bien hay que cuidarse del abuso de la carne. Hubo,
aún en tiempos recientes una cabra en cada casa. Habría que comer menos carne y
más leche-leche. Pero, para nuestra desgracia casi ha desaparecido también la
ganadería, y al respecto bien sabemos la política del cabildo de acabar con las
cabras. Por supuesto el medio ambiente sin agricultura ni ganadería está
alcanzando palos de muerte. Y tenemos la desgracia –también- de gastar agua en
duchas de turistas, céspedes y piscinas antes que para y en la agricultura. Y,
alimentación sin agricultura no es posible salvo que no sea ésta
sana.
El Padre Báez, Pbro.
10-06-18
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