martes, 26 de mayo de 2015

consejos...

Al PP tabaibero (y a los otros también), les faltó...
... (y aprendan los otros): les faltó: humildad, sencillez, cercanía, escucha, atención, sonrisa (no solo en campaña), amabilidad, diligencia, menos procesiones, más Misas (estar con el pueblo, pero no solo en Fiestas, sino todo el año), imitar a Don José Macías, etc.; por tanto, les sobró: soberbia, orgullo, distancia, oídos sordos, desprecio, seriedad, indiferencia, lentitud, quitarle los primeros bancos en los templos a los creyentes, indiferencia religiosa (no te iban a Misa, con la gente sencilla), se distanciaron del modelo Macías.
Y ya en el colmo, la arrogancia de Soria, es que rechazaba su sola presencia, con esa mirada de pocos amigos. Y claro, esa prepotencia, ese creerse que así iban a seguir siempre, fue calando en el pueblo, que cada vez los veía más lejos y distantes, inaccesibles y hasta invisibles, es lo que les dio este batacazo en general. Y aviso a caminantes: los que se aúpan, y suben y suplen, no olviden esa no es la actitud idónea, ni correcta de servir, servir (criados del pueblo, no sus señores), es lo que el pueblo necesita; nada de distancias o alturas, sino cercanía y abajamiento. Todo esto, es lo que a uno -a voz de pronto- le viene a la cabeza, y es que un partido, ha de ser -salvando la diferencia- como la Iglesia: estar al servicio de la feligresía, en un atender, en un sí constante, en un saber estar, sin discriminar, sin ay-untamiento. Y, cuando se sirve a una comunidad  creyente en la mayoría, y los que están para administrar, viven de espaldas a la fe del pueblo, como que se distancian y solo se acercan a los que sin fe, son como ellos, y al fin la mayoría -dentro de cuatro años- vuelve a examinar: comportamientos, actitudes, formas de ser y estar, más que la gestión, logros, economía, puestos de trabajo, etc., etc. Creo, ya es hora, se escriba algo parecido a cómo gobernar; pues, no así en tiempos pasados en la Historia, donde y cuando se instruía y enseñaba cómo ejercer la autoridad, y sin estos conocimientos o consejos, los que estén este cuatrienio, que comiencen a despedirse, porque de cierto, seguro, matemático, los echarán (o botarán). Pues, resumamos, y así los descolgados podrán repetir, y volver: lo primero y más importante: no se les suba el cargo a la cabeza, ya sea alcalde, teniente o simple -atención a lo de “simple” concejal-, con sencillez y humildad, con acogida y atención, con asemejarse y abajarse, con no creerse el cargo y ejercerlo como un servicio o entrega, sin excepción de personas, credos, afiliación política, procedencia, nivel cultural, etc., etc. Que todos somos iguales, y antes del cargo -o carga- el que está con el bastón o/y les ayudan, eran del montón o de la base, y la nueva situación, no debe cambiarle la actitud o comportamiento, estilo o talante. Me contaron: siempre Don José Macías, cogía la guagua desde el aeropuerto a Las Palmas, como todo el mundo; no así el hoy retirado por supuesto maltrato, que se acercaba al bajar del avión dirigiéndose a los del suelo, preguntando: “¿dónde está el coche privado que me tiene que recoger?”; ¡coge la guagua, como todo el mundo, hombre! Tal vez por eso, estás ya fuera de juego, no sé si saben a quién me refiero, pero eso importa ya poco. Resumen: sean humildes, y repetirán, aunque no sean eficaces. La gente valora más estas virtudes, que el res, res (en latín: hechos, hechos). En fin, son los consejos de un pobre cura (lo del consejo, es uno de los dones del Espíritu Santo), y bueno sería tenerlos en cuenta (de lo contrario: ¡ahí tienen a psiquiatras y psicólogos, que de cierto, nada dirán parecido a esto). Por todo ello: mensaje a los nuevos en poltronas y sus secuaces: fotocopien este escrito, y cuando no todas las noches, léanlo de vez en cuando, pero nunca menos de una vez por mes. Y seguro, repetirán; si no: ¡preparen la despedida desde ya!
El Padre Báez.

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