POPURRÍ 523:
En el Año de la Fe (147): Adauge, adauge, nobis fidem! (¡Aumenta, aumenta en nosotros la Fe!).
Al habla el historiador (147):
Con el hambre y la crisis, el paro y la pobreza que padecemos, no se le ocurra...
... poner un cochino en el chiquero.
Antes, haga un curso del cabildo y aprenda...
... el libro genealógico, las ayudad al cochino, la marca de calidad del cochino, los objetivos fundamentales del cochino, etc., etc.
¿Sabe lo que le digo?...
... ¡no ponga ninguno y compre carne cochino de china, o de extremadura, o tal vez de Segovia! ¿De acuerdo?
Con el hambre y la crisis, el paro y la pobreza que padecemos, no se le ocurra...
... plantar un olivo en su terreno.
A no ser, que antes, haga un curso del cabildo, y aprenda...
... cómo luchar íntegramente en su cultivo.
O, lo que es lo mismo...
... aprenda conceptos básicos de la producción, las ventajas de la producción, las normas de la producción, los requisitos para agruparse, el control de las plagas, la gestión del cuaderno de campo de su olivo, etc., etc.
¿Sabe lo que le digo?...
... ¡plante un acebuche, y olvídese del olivo; compre aceitunas a andalucía o a italia, que le sale más barato! ¿Vale?
Amigos, son las pegas que pone papá cabildo...
... por eso, vendían –casi regalaban olivos- para ahora clavarlos. Empiece por el cuaderno, y haga cursos; si no, prepárese para las multas. ¡Ya se lo advertí!
Y ya sabe, después que ya casi no vienen los turistas...
... les quieren cobrar un euro por día los de la fecam (me matan y no sé lo que es; ¿y usted?) Pues, vendrán menos, ¿no?
Al que no van a dejar vea más en su vida el sol...
... es al pobre Dimas Martín. Y todo, por ayudar al campo y a la pesca.
Así, que usted, si no es cobarde...
... piénseselo antes, si pretende ayudar al sector primario: mire lo que le puede esperar.
Nada, que se cargan los campos en el campo...
... y hacen campitos o huertos urbanos en la ciudad. Como para comer de detritus y de humos de coches; ¡eso es salud, por dos tubos (ya me entienden)!
Después del paro, el problema número uno es...
... la corrupción política (¡no todos!).
¿Acaso hay una sola mujer...
... que no sea trabajadora? ¡Felicidades a todas!
Felicidades también a la Orden Hospitalaria...
... es decir: a los Hermanos de San Juan de Dios (por el día del Santo), mis antiguos feligreses (El Lasso).
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“... estad alegres, cielos, y los que moráis en sus tiendas...” (Del Cántico del Apocalipsis).
“... me saciarás de gozo en tu presencia, de alegría perpetua a tu derecha...” (Salmo 15).
“... miradlo los humildes, y alegraos, buscad al Señor...” (Salmo 68).
“... hazme oír el gozo y la alegría, que se alegren los huesos quebrantados..., devuélveme con espíritu generoso...” (Salmo 50).
“... servid al Señor con alegría...” (Salmo 99).
Última generación del campo:
Y sin relevo generacional. Algo gravísimo está pasando en el campo. Es obvio, nos quedamos sin campesinos. Ello responde a un proceso, que viene desde los años cincuenta del siglo pasado. Más de medio siglo, ha dejado su huella, que ya se borra en el tiempo. El campo, se ha apartado del centro económico. Hubo un tiempo, en que cada uno tenía su huerto y perro que lo cuidaba; ahora perros muchos, pero huertos, ninguno (quedan unos pocos, que desaparecen). Entonces el estudio era compartido con las faenas del campo, y su mejor escuela. Hoy, nuestra mirada se vuelve hacia atrás y se llena de nostalgia, cuando no de lágrimas. Mirar al futuro, nos da miedo y terror. Nadie presta atención ni aprecio al campo, y él es la solución y no hay otra para la grave crisis que padecemos de hambre y paro, de paro y hambre (que tanto monta, monta tanto). 2013, se nos presenta como algo inédito, algo asombroso: la muerte del campo de forma paulatina y vertiginosa. Triste, el campo sea al presente, una fuente recaudatoria por parte del cabildo, para el cabildo que vive de las multas que pone a los cada vez menos campesinos, y por ello cada vez más subidas en cuantía para paliar el déficit de las mismas, que van a menos por pura lógica deductiva: a menos campesino, menos multas (pero cada vez, más elevadas en su cuantía –repito-). Ese, es el único interés del campo, sin que por parte de la prensa (comprada y así silenciada), haya una sola crítica al respecto. Imposible se está volviendo permanecer en el campo, por ser delito toda y cualquier actividad en el mismo. Fenómeno éste único en el mundo dado que todo el mundo defiende su agricultura y su ganadería como garante de una economía siempre eficaz y de éxito. Sobre el campo se mueve una actividad ya solo policíaca. Y ello conlleva siempre el riesgo del campesino, que le toca siempre las de perder. Y por eso, a pesar de las posibilidades del campo tabaibero, únicas y excepcionales en el mundo por su situación geográfica y las bondades climatológicas. Cada vez veo más lejos el sueño de una transformación del campo, que nos traiga a la producción sin necesidad de importar nada, como es posible si se volviera al mismo con tesón y sin prohibición y protección de basuras. Leyes hay, que solo prohíben hacer algo en el campo. Nadie la recurre y se pasea chorreando sangre, y ha transformado el campo en un erial verde. No sabemos bien, qué se traen entre manos los que nos gobiernan y desgracian. Sin embargo en lo folklórico, a lo que son muy dados, todos se visten de campesinos (cual burla y descaro). Y así, cada vez, más sombra, más sobriedad, más miseria, más orfandad (por los suicidios de sus padres), más viudedad, más humillación (al campesino, por segar hierba, por ejemplo), más crueldad, más... Sí, el campo está de fuga, se va, se acaba, se termina. No hay horizontes. Se busca salir fuera, sin más, a donde sea. No se vuelve la mirada al propio campo. Solo va quedando la nostalgia. El pasado se aleja. Se pierde la memoria. Solo nos va quedando el abismo. Hay mucho y solo desencanto. Tanta arquitectura tradicional abandonada, en ruinas. Desorientado el campesino; se comienza a ver andrajos; desmoralizado todo el mundo; renqueando anda el campo... el desenlace se prevé oscuro, muy negro. Los pueblos se vacían, el campo se queda vacío. Una yunta de vacas no se ve ni por casualidad. Solo basura protegida (tabaibas, retamas, beroles, escobones, etc.). Patética es la situación del campo. Miserable la vida en el mismo...
El Padre Báez.
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