domingo, 2 de septiembre de 2018

Cierto, esto fue un paraíso...

Cierto, esto fue un paraíso, pero cuando te graban la isla con drones, y ni te nombran los pinos, y ella está llena de ellos, como que esto es ahora, solo y todo un pinar, y cuando en la grabación, no aparece ni una vaca, ¡y menos una cabra!, pues la mataría el cabildo que promociona la isla con imágenes trucadas, con efectos y ocultando la realidad, como que no; no, esa no es nuestra isla. La isla fue isla y nuestra, cuando los campos eran de trigo, de papas y coles, cuando el ganado: cabras, ovejas y burros andaban por los caminos, prados y llanuras, barrancos y quebradas, pero ahora..., burros de dos patas (piernas), en donde me sé; los mismos que te impiden volver a que esta isla sea lo que fue. Nos engañan con grandes atractivos paisajísticos, como si nos dieran de comer; nos enseñan profundidades desde mucha altura, para impresionarnos, y a ver quién vuela para verlos desde lo alto, cuando arrastramos hambres y miserias, paro y pobrezas; sí, cabildo: comeremos paisajes, paisajes sin animales, paisajes con turistas, paisajes con campos de fútbol, paisajes rebosantes de pinos, paisajes, paisajes..., déjanos plantar árboles frutales, porque miren: arranca usted un olivo, ¡y no le pasa nada!; arranque usted un acebuche (un olivo macho, que no da aceitunas), ¡y te meten en la cárcel, multa aparte. Pues comeremos: paisajes, barrancos, montes y cumbres vacías de animales y llenas de pinos; te reforestan todo de pinos y no de castaños, almendros y nogales que nos darían comida, pero nos dan en potencia fuego, y antes pinocha; y llama o dice la voz del cabildo que nuestras señas de identidad es el paisaje (en otro tiempo eran tomates y plátanos), pues comeremos paisajes, con leche de tabaibas (protegidas éstas, porque ¿no harán quesos con sus leches?). No te plantan una parra ni a palos, los pinos a miles, a millones, ¡y no paran! Y van a más. Así, se mejora el paisaje, todo igual todo verde-pino. Y es, que los conquistadores cuando llegaron a la isla los arrancaron limpiando de maleza la isla, y plantaron comida, y hay que volver a antes de la conquista y devolver la isla a como estaba entonces, llena de solo pinos, ¡no te digo! Y toda vez el paisaje da aromas, pues tomaremos contra el hambre: perfumes, esencias y aromas, suspiramos y cual si fuera droga, nos colocamos con olores de pinos, que son: ¡la salud de este pueblo, la sanidad para esta tierra! Y toda vez nuestros paisajes son tan hermosos, vendrán turistas a disfrutarlos, a gozarlos, a fotografiarlos, y de paso así comemos lo que nos dejan (sus heces, cacas o mierdas, con sus orines).

El Padre Báez, 02-09-18

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