POPURRÍ 645:
En el Año de la Fe (269): Refuerza
tu fe.
Al habla el historiador (269):
Sin
sector primario...
...
no cabe esperar economía alguna, sino más hambre, y más paro.
Al
cabildo:...
...
promocionando moda de bikinis, no vamos a comer, ni a trabajar.
Que
también en el Tabaibal, como en andalucía, tenemos...
...
nuestro particular “rocío” (Virgen de los Reyes Guanches, en El Hierro).
Pues..., ¡qué vamos a hacer!
Unos
pocos, van al revés...
...
¡y cuánto ruido meten! La mayoría, que van bien, callan.
No
hay qué comer, pero...
...
nos dan recetas por un tubo (al menos, nos conformamos con eso).
Lo
importante es, esperar, hasta...
...
el año 2020, ¡por lo menos! Si es que no es más, ¡seguro!
Si
al menos se plantaran cebollas...
...
pero al cabildo le ha dado por los pinos, desde hace la friolera de sesenta
años, ¡y sigue!
Ya
saben: en el mercadillo de Artenara...
...
venden pinocha. En sopa, está riquísima.
La
gran noticia de todos estos tres meses de verano, es:...
...
¡hace calor! Es lo que hay.
Personalmente,
digo...
...
no al cabildo y a los ajuntaymientos. ¡Basta con el Gobierno!
Y,
¿ustedes no tienen su corral de gallinas en sus casas?...
...
pero no de las de verdad (¡por esas te multan!). Compre el periódico, hombre y
le dan gallinas. ¡Si dieran huevos...! Otro gallo cantaría.
¡Oh,
Egipto ejemplar...
... y aquí, sin aprender la lección! Y dice, viven en la
Edad Media, pues..., ¡anda con Edad Media!
Se
homenajea a todo quisque (médicos, farmacéuticos, enfermeras...)...
... ¿y por qué no a pastores de ovejas y cabras, a
plantadores de papas, a panaderos...?
Entre
los 6.000 seminaristas a los que les habló el Papa...
...
estaba uno de Lomo Magullo. Les pidió alegría. ¡Mira por donde!
Pero,
se fomenta el fútbol...
... que solo crea frutrados y violentos. ¡Qué pena!
Mientras,
en el macizo pétreo y duro como el hierro, y seco cual desierto, del Noroeste,
exactamente en Gui-Güí, va el cabildo a plantar...
... lo único que pega allí, son las tuneras. Y si no,
vayan al Barranco de Zamora, a la Finca de Miguel, a la Medialuna, a los
Canalizos, a las Tabaibas, a Peñón Bermejo..., ¡Si conoceré aquello, donde
acampé durante 36 veranos!
En
vez de limpiar almendreros...
... van a limpiar palmeras. ¡es que dan dátiles! ¡No te
digo!
En
el año 1952, no había en toda la cumbre, ni un solo pino...
... ¡entonces comenzó nuestra desgracia! ¡Fuera pastores,
agricultores, leñadores, carboneros...!
Y
todavía, siguen todos pensando, que el turismo, nos va a dar de comer...
... y solo deja las basuras de lo que comen.
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“... plenitud de alegría...” (Del himno de
Completas).
“... nos levantemos alegres...” (De la oración de
Completas).
“... la verdadera alegría...” (De la oración
del Oficio de lecturas).
“... una fuente de alegría...” (Del himno de
Laudes).
“... la alegría de mi corazón...” (Del libro del
profeta Jeremías).
“... alégrense y gocen...” (Salmo 39).
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Momento
crucial para el campo:
El
campo, desde los años cincuenta (hace sesenta años), viene sufriendo, por
querer resistir a una política de desaparecerlo, con pinos, sin siembra, sin
cabras, etc. Una política de anexión por parte del cabildo, que lo quiere todo
para sí, obstaculizando cualquier movimiento, de cara a obtener su loco
objetivo, reservarlo todo para unos pájaros azules. A tal fin ha desplegado por
la isla al miedoambinete y al serpona, represores absolutos, destrozando y sin
tener en cuenta los derechos humanos, no dejando mover a nadie ni nada,
apostando solo por el desgraciador y arruinador turismo, cuya política absurda
amenaza con la desaparición total del sector primario, actuando con total
intransigencia, que daña y ha empujado a muchos campesinos al suicidio, al ocupar
el territorio de la agricultura y de la ganadería, empujando al paro y al
hambre a los que comían y trabajaban.
Ya el campo, no es refugio, sino campo de
guerra. Los brazos cabildicios, lo controlan todo. El cabildo ha irrumpido en
el campo, para acabar con él, y ha puesto su doble “policía”, que asaltan a
todo el que haga algo, no dejando mover nada, ni a nadie. Huyen de ellos los
campesinos, el campo está muerto. El campo, esta secuestrado. Se enfrenta el
campo, con un cabildo revolucionario, cuya potencia es sin límites, coartando
toda libertad (y derechos). El cabildo ataca, y combate con dureza asombrosa e
inflexible contra pobre gente inocente sin cometer delito alguno, frustrando
toda acción por normal que sea (todo es delito y punible o castigable [multa
por todo lo que se haga]). El campo esta desunido y sin libertad. El cabildo
asalta de sorpresa a todo campesino, dada la vigilancia constante y por todas
partes, sin poder escapar nadie de nada que haga, desapareciendo toda
agricultura y ganadería de supervivencia. Y todo ello, sin que nadie salve el
campo, ni hable sobre el mismo, creciendo el paro y la dependencia del
exterior, ya es total. El cabildo (miedoambiente y seprona), persigue
incomprensible e inexplicablemente a
todo campesino que se mueva o haga algo, desertizando todo el territorio,
protegido y clasificado de forma arbitraria, caprichosa e irracionalmente,
acabando con una larguísima historia que se pierde en el tiempo, cargada de
sabiduría, y todo ello en una espiral que crece y no deja de parar, en un
combate desigual atrapando a todo el que haga algo, con un balance desastroso
sin igual en el mundo. Solo quedan media docena de desgraciados acosados con
normas y leyes, que se resisten a duras penas con grandes pérdidas, que aguantan,
sin poder y acabarán dejando lo poquito que queda. El gran logro del cabildo ha
sido conseguir que nadie se subleve, ni haya reacción en contra de abuso de
tamaño descomunal y sin nombre. El cabildo persigue a todo campesino, sin más,
que causan bajas continuamente. Ha conseguido también el cabildo que todo
campesino que siga, obedezca ciegamente, sus asaltos y acoso constantes, con
sus leyes en manos, como estrategia contra la que no cabe lucha alguna sino
pagar (multas). Confunde el cabildo al personal con huertos en escuelas y entre
coches en la ciudad, dando a entender está con la agricultura, con esas
infantilidades dañinas para niños y ancianos. Se cargan el suelo. Nadie se
opone al cabildo. Nadie ofrece resistencia al cabildo. El cabildo invade el
campo, sin oposición alguna. Se trata de un verdadero genocidio. El cabildo
lucha encarnecidamente contra los campesinos. Nadie media entre el campesinado
y el cabildo dictador. El cabildo sabotea todo intento o proyecto en el campo,
por elemental y tradicional que sea. Todo esto ha desembocado en una
desconfianza por parte del campesino respecto al cabildo, que ha neutralizado
toda acción en el campo. Todo lo cual ha generado una corriente de crítica a
miedoambiente y al seprona (incluido el cabildo, que los mueve). Voces
discrepantes contra el cabildo son constantes, pidiendo la vuelta a la
actividad agraria y ganadera prohibidas y castigadas de hacerse o llevarlas a
cabo. El campesinado acusa al cabildo de haberlos llevado a la inoperancia,
seguida de una ineficacia total, favoreciendo los incendios y la introducción
de agentes del miedo y de los otros (seprona), en lugar de pastores,
agricultores, boyeros, etc., acabando con toda actividad propia del campo, y
ello desde que el mundo es mundo, y que por el resto del mundo se sigue y
continúa (menos aquí). Y todo ello, a pesar de la importancia del sector
primario, mantiene el cabildo contra el campesino una guerra fría, de recesión,
castigo, miedo, prohibición, vigilancia, control, etc., cual si terroristas
fueran. El cabildo es, el mayor enemigo del campo. Cualquier intento por
reanudar las faenas propias del campo, lleva al fracaso, ante la constante y
total negativa del cabildo a cualquier plan. Se acusa por todo lo que haga todo
campesino, hasta por lo más anodino e insignificante. El cabildo, tiene
secuestrado el campo. La cosa va, contra todos los derechos humanos juntos,
concatenados. Se tortura al campesino, se le encarcela, se le represalia, se le
rechaza, etc. En el campo, ya no hay paz, no se vive en paz. No hay diálogo
alguno: campesino-cabildo. El cabildo tiene como aliada a la prensa, a la que
compra con propaganda y calla. Nadie apoya al campesino, ni al campo. El
proyecto del cabildo es, acabar totalmente con la menor reminiscencia de agricultura
y de ganadería. El cabildo cierra el paso a todo intento de iniciar o seguir
con algo en el campo. Triunfa el cabildo, con grandísimos daños para el campo.
El cabildo rechaza toda actividad propia del campo. El conflicto está servido,
pero no tiene solución. El cabildo no hace concesión alguna. Y lo malo de todo
esto es: que nadie se echa a la calle, nadie desafía al cabildo por miedo a
represalias. Y amparado el cabildo con el silencio de la prensa, que mira con
total indiferencia el asunto, sin informar de nada, nada. La muerte del campo,
es inminente, pues la inmensa represión a todos los campesinos, no lleva, sino
a acabar con lo poco o mínimo que queda, y nadie protesta...
El Padre Báez.
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