lunes, 8 de julio de 2013

Popurrí 644 y Ataques al campo


POPURRÍ 644:

En el Año de la Fe (268): Recuerda tu fe primera (haz memoria).

 

Al habla el historiador (268):

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... donde la hierba no deja caminar, planta laurisilva, en lugar de castañeros, nogales, manzaneras, etc.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... pongamos que hablo de Valleseco, lo mismo da sea en Valsendero como en La Laguna.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... donde los helechos son más altos que los manzaneros, y los ahogan, es que no se entera, ¿harán sidra de helechos?

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... pero ya es el colmo, que el campo, estén con el cuento de huertos ecológicos, ¿qué pasa, van a copiar a los de la capital?

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... repito: ¿huertos ecológicos en el campo?; pero, ¿de qué van estos memos?

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... ¿es que vale todo con tal de recibir subvenciones, que nada soluciona?

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... pero, ¿nadie le pone el cascabel al gato (freno al cabildo)?

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... freno no, lo que hay que hacer es desparecerlo. De lo contrario, los restos que quedan de sector primario, se los carga con su miedoambiente y el seprona.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... pero si dejamos la agricultura, otro tanto le pasa u ocurre a la ganadería.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... sobre la ganadería, atacan fijo al pastor, y ahora –toda vez que es algo que desaparece a toda prisa- hacen un museo del pastor en Agüimes.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... un museo, solo guarda recuerdos, muerte, pasado. Esto es lo que hace el cabildo con los ganados.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... condecirles, que en Los Andenes, donde el pastoreo desde los guanches y de forma inniterrumpida, ahora se prohíbe pastorear por allí, por mor de nuevas leyes pastoriles, para acabar con los pastores.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... así vea los ojos de Dios: anoche, en Gáldar en la entrega de distinciones y honores (medallas de plata y de oro, hijos predilectos e hijos adoptivos), le pedía al Alcalde me proporcionara el libro –que no encuentro por ningún lado- de “Los últimos pastores de la trashumancia de gran tabaibal”

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... de paso decirles, que en Gáldar, premiaron a gente humilde y sencilla, sin paso alguno por universidad alguna, sino la entrega a sus vecinos procurando mejora este mundo, en el que se premia a un sacristán y a una sacristana, gentes de asociaciones de vecinos y con la Iglesia todos ellos, comerciantes, etc.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... el cabildo también premia: a abogados, políticos, médicos, asociaciones carnavaleras, jugadores de pelotas, etc. ¡ya aprendiera de Gáldar!

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... de tal manera nos ha comido el coco (el cerebro), el cabildo, que la gente ya solo planta pinos, acebuches, dragos, etc.

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... en Güi-Güí, no dejan las cabras sueltas, y el cabildo va y suelta allí a palomas. ¿Dan más leche las palomas, cabildo? ¡Vengan subvenciones!

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... ¡chacho, es que no te dejan ni enterrar a un animal que se te muera (en Lanzarote, sí).

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... ahora, es cuando van a plantar el cabildo en Gui-Güí árboles. ¡Eso ya lo hizo un servidor en uno de los 36 campamentos de verano, donde en Pañón Bermejo, se puede observar desde los barcos, la plantación de un servidor, con los acampados. ¡”El bosque del cura”, lo llaman! El cabildo llega tarde y mal. Y a ver qué van a plantar. Ya me lo temo: cardones, tabaibas, veroles..., y si no, ¡tiempo al tiempo!

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

... por favor piense usted, y ponga las que un servidor ya no sigue, rellenando los espacios en blanco, con tres puntos suspensivos de comienzo. ¡Gracias! Mejor, si me las reenvía (y se las reproduzco).

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

...

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

...

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

...

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

...

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

...

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

...

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

...

 

Hipocresía cabildicia tras subvenciones que a nadie ayuda sino a ellos mismos...

...

 

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“... alegría perpetua...” (Salmo 15).

 

“... dolor, trabajo y alegría...” (Del himno de Completas).

 

“... en mi corazón más alegría...” (Salmo 4).

 

“... nos llene con la alegría...” (De la oración de Completas).

 

“... me alegraré con el Señor...” (Salmo 103).

 

“... alegraos de su alegría..., se alegrará vuestro corazón...” (Del profeta Isaías).

 

“... alegrémonos con Dios...” (Salmo 65).

 

“... estéis alegres..., estad alegres...” (Del santo Evangelio según san Lucas).

 

“... la verdadera alegría...” (De la oración colecta de la Misa del decimocuarto Domingo).

 

“... Cristo nos trae la alegría..., misioneros de la alegría...” (Del himno de Laudes).

 

“... sea nuestra alegría...”  (Salmo 117).

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Ataques al campo:

 

Denuncio los ataques contra el campo que padecemos y que los medios callan. Condeno los ataques sistemáticos que están sufriendo los pobres pastores, ganaderos en general y los pocos agricultores que quedan. La situación es trágica y de comedia. Y esto va a seguir hasta que el cabildo no desaparezca (y con él el miedoambiente y el seprona). Declaro la presión que está sufriendo todo y todos los campesinos, que sufren por no poder ejercer lo que les es propio y siempre se ha hecho (vivir de la tierra, y hacerla producir comida). Manifiesto, que nuestras autoridades son unos incompetentes, y gente que odia (endofobia) el campo propio y admiran y ayudan a todos los campos del mundo a los que hasta subvencionan, dando palos de muerte al nuestro, al que no dejan ni respirar (lo asfixia, sin más). Digo, que todo lo que toca el cabildo, con sus dos brazos (seprona y miedoambiente, es destrozar la tradición, la Historia, la vida...). Demuestro, que esta situación, está enfermando gravemente a la población, mas allá del físico, llegando a lo psíquico, y al suicidio. Denuncio que el acoso al campesinado es algo encarnizado, de forma incomprensible e irracionalmente. Todo esto, está envolviendo en una tristeza patológica al personal rústico. Añado, que las multas son un saqueo, que empobrecen y arruinan vidas, familias, y llevan a más de uno al suicidio (bis). Absolutamente nadie, escapa al control  al que son sometidos, con una vigilancia constante cual si de delincuentes comunes tratara o de criminales y terroristas. Destrozan casas, familias, fincas, estanques, siembras, etc. Son golpes de muerte. Se ve al campesinado impotente, derrotado, sin capacidad de reacción por el miedo a las multas. Se ignoran las leyes, que prohíben hasta lo más elemental (te multan por plantar un olivo y antes arrancaste la hierba donde pusiste el olivo, y ello por no pedir permiso). A tal alto grado de maldad se ha llegado, que no se puede tocar una piedra. Y si plantas algo, no lo puedes proteger con una valla, porque los conejos tienen más derechos que el campesino de comerse lo que este plantó: multa por la valla, más la obligación de quitarla y plantar árboles envenenadores en castigo y sanción. Es, el absurdo por ley y norma. Nadie sabe si lo que hace es punible o no, nada se hace para evitar la visita de los agentes del medioambiente y del seprona, al que no se les escapa ni el menor movimiento, por más que escondido se esté, sea de noche o metido en un barranco. Las autoridades han llegado al mayor de los abusos y atropellos (330.000,00 euros de multa por plantar un saco de papas, y 6 meses de cárcel [el susodicho, se ahogó]). El otro hizo unos escalones y plantó unas parras, y por ello tuvo que ir tres meses a la cárcel y pagar 300.000,00 euros, tuvo que arrancar las parras, y devolver la forma del terreno a como estaba antes de su operación transformadora. Y así seguiríamos sin fin. Es de demencia, de esquizofrenia, no tiene nombre. Nadie de los del miedoambiente ni del seprona es del campo, ni lo conocen sino por libros y leyes (o normas). No conocen ni saben de faenas agrícolas ni del comportamiento de los animales, a los que los tienen secuestrados a todos (menos a los perros). La inestabilidad hacia el campesino es de tal grado, que llega a la violencia. Se apoderan de sus bienes y tierras (robo a mano armada), para cobrase las multas. Muchos han tenido que abandonar sus tierras, sus casas, sus trabajos, su vida. Nadie les defiende. Se les impide y dificulta desarrollen las labores propias del campo, todo está prohibido; todo está protegido. Para el sector primario tabaibero, no hay justicia, y ha dejado de ser un derecho. El hombre del campo, ni es, ni existe, ni está. Se trata de una guerra de exterminio. No es posible trabajar en el campo (solo los del cabildo). Nadie alza su voz en defensa del sector primario, callan todos, incluso la Ig.... Nadie ayuda al campesino. El campo queda ya, sin futuro. Para el campesino, todo son dificultades...

 

El Padre Báez.

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