Por supuesto, un cura, jamás -por sigilo sacramental- descubrirá un pecado y a su pecador, antes, le arrancan la lengua; acostumbrado que está uno a callar y a guardar secretos, no diré quién me lo ha dicho, pues, "hablaré de la doncella sin decir quién es ella", ¡faltaría más! Y es el caso, que, ahí o allá adentro de eso que es y se llama la dirección general de patrimonio histórico, que alguien del gremio, y que comulga con mis comentarios sobre el patrimonio arqueológico -¡vamos, casi un infiltrado!-, alguien que está en las entrañas de ese lugar, pues es un trabajador -además muy cualificado (no daré más señales)-, me cuenta, que intentó -por todos los medios- que sus compañeros de trabajo, en lo mismo, "salieran" de sus despachos, y conocieran "in situ" nuestros yacimientos, pues -me sigue contando- cuando comenzó a trabajar en dicho lugar, preguntó si conocían distintos lugares o yacimientos, y que la mayor parte, le dijeron que no. Y, que poco a poco, los fue llevando por algunos de ellos o por los más representativos, por la geografía insular, y se los fue mostrando, para que tuvieran al menos un conocimiento superficial de aquello que les es materia u objeto de trabajo.
mina de obsidiana |
Lo antes dicho revela, el amor que alguien tiene a nuestros yacimientos y a la historia de nuestros antepasados, y el contraste de aquellos otros, que trabajando en lo mismo, desconocen o ignoran los lugares objeto de estudio, defensa, etc. Y a uno se le ocurre pensar: esto es, como el médico que ignora o desconoce el cuerpo humano. ¿Cómo puede ser eficiente, alguien, que trabajando en el patrimonio, desconoce el patrimonio? ¡Qué bonito aquello de "zapatero a tu zapato"! Y es que es, más que grave, que al frente de estos apartados de la dichosa política que tenemos, no estén los cualificados, sino los enchufados, los amigos -cuando no- la misma familia. ¡Así nos luce el pelo! Ahora comprenderán, qué puede importar a nadie, más planchas de hierro en un yacimiento, si es que el "técnico", el "experto", "el no se quién", así lo dispone, manda y ordena. Algo así, como si el ciego, condujera la guagua.
Es decir: vamos de cu.., patrás, y sin freno.
El Padre Báez, que si pudiera hablar, dando nombres y apellidos, esto pudiera cambiar; y es que solo hay ineptos, enchufados, vividores, enemigos, ignorantes, etc., frente a lo que es cultura-cultura (no ya la actual, sino la de los guanches [V y IV siglos antes de Cristo, hasta XV siglos después de Cristo]), en manos de personas, que no debieran ni rozarse por esos sitios o lugares (de trabajo), del área o ramo.
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