Mientras sigan con subvenciones y ayudas, no hay tu tía (es decir: ni ganadería, ni agricultura). Pues, llegan a tres, y 1,999.997 se quedan sin nada. Y ya es hora comenzar a plantar o estar sembrando. Y, el que no tenga tierra: una maceta (o varias), en: azotea, balcón, ventana, habitación o pasillo.
Sabido es, que si el sector se llama “primario”, debe ser primario o el primero, o prioritario, o principal; pero..., ¡ni lo nombran!
Y conste, para mantener la cabaña, no hace falta Central alguna, hace falta para poner lechita en la mesa, sin más (¡que no es poco!). Lo de vender y hacer negocio, ¡eso ya se acabó! Hay que sobrevivir, y vivir.
No hay nada que esperar de la clase política: o se vuelve al campo, o esto es muerte segura (¡hambre, ya por de pronto!).
La isla, en su totalidad, está abandonada. Y, en lugar de traer granos y piensos, y hasta alpacas de paja, para animales, lo que hay que hacer es estar ya sembrando. Toda la vida, esta tierra, ha dado comida para personas y animales, ¿por qué, ahora no?
Pasa, que como te atrevas segar algo para comida de tus animales, y lo mismo si te decides a sembrar, tarda más en caer la semilla en la tierra, que te aparezca quien yo me sé, con la receta (gobierno del Tabaibal, cabildo, Protección, Medio Ambiente, Política de la tierra, Agencia de no sé qué, Seprona...), ¡y ya te la ganaste! Todo porque te vieron sembrando.
Está prohibido eliminar rastrojos...; prohibido andar con un tractor...
Y como no sacamos rédito a la tierra, se van al mar a por petróleo...
Y si quieren ver políticos juntos: ¡en cualquier asunto de cemento!; ¡nunca en un cercado de papas!
Y es que lo de fuera, es más barato; aquí no se cultiva nada, porque todo lo quieren para el turismo...
Y como todo viene de fuera, ¿qué vamos a sembrar?, ¿por qué cagarse con mierda de vacas, si: leche, queso, carne, etc., etc., todo viene de fuera? Ya sin industria alguna, y sin nada de estos tres –los únicos que dan trabajo-, ¿cómo no vamos a tener el mayor porcentaje de parados?
Donde hay agricultura y ganadería, no hay paro (¡evidente!).
Total, que si tienen una cabrita, no es para negocio: es, para que puedas hacer un quesito, y desayunar una taza de café con leche, y merendar una escudilla con leche y gofio. Eso, o ir a Cáritas.
Que si tienes una cabrita (o tres), no es para el negocio; nadie te va a pagar algo por ellas o sus frutos; es, para que comas.
De aquí para atrás (padres, abuelos, bisabuelos, tatarabuelos..., los guanches, y antes), nunca a nadie se le dio una subvención o ayuda, por tener sus cabras (tenían: leche, queso, baifos, estiércol, cueros, etc.), y nada de lo que obtenían de ellas, tenían que comprar (porque lo tenían). Y a eso es a lo que debemos tender. Eso, o -repito- a la Iglesia parroquial y preguntar al Señor Cura, por la Cáritas (que los que van a Misa, hace posible, coman los que no tienen trabajo, y a veces ni fe [pero que viven a costa de los que la tienen, y pobres ellos, comparten lo que tienen, con los que a veces, tienen más que ellos -¡si lo sabré yo!-]).
El Padre Báez.
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