Somos, una colonia
tabaibera…
“...
razonando equivocadamente: Acechemos... que nos resulta incómodo...” (del libro
de la Sabiduría 2, 1a. 12-22).
“... que
nuestros silos estén repletos de frutos de toda especie; que nuestros rebaños a
millares se multipliquen en las praderas...” (del salmo 143.)
“...
hombres violentos, me preparan zancadillas a mis pasos... me esconden trampas...
me tienden una red... me colocan lazos...” (del salmo
139).
… la tabaiba, ni es
símbolo, ni Historia de los que aquí vivimos. Nos alejamos del origen, y nos
aproximamos al destierro, al desierto… estamos, en un lugar de muerte. Nada se
invierte en agricultura y ganadería.
Ya ni lo sagrado o trascendente tiene
importancia alguna; precisamente por eso, ¡la que se nos cae o viene encima como
consecuencia! Es, un verdadero atropello. Todo cambio aquí, es el exterminio del
sector primario. ¿Dónde la esperanza? Estamos invadidos por y de los pobres. Nos
desbordan los pobres. Hemos pasado de la prosperidad a la mayor de las miserias,
y la tierra es la misma. Ya, nada cosechamos (solo leche de tabaiba). Las
tabaibas lo arrasan todo. Perdemos cultura y economía. Nuestra decadencia, es
total. No somos nosotros lo primero, sino las tabaibas. Ya sin justicia, nos
pasamos a Cáritas (no hay otro camino). No se erradica la pobreza, se la
multiplica. Había trabajo; ahora, paro y hambre (gracias a las tabaibas). Esto,
hay que cambiarlo (el hombre en el centro). Retrocedemos. Perdemos tradiciones,
saberes… nos quedamos sin animales domésticos (salvo los perros [que no dan
leche]). Perdemos la esencia. La tierra ha perdido fertilidad. Nuestras cosechas
son abundantes en solo tabaibas. Ya no hay granos, vienen de fuera. Nos quedamos
sin valores, sin la propia cultura. Nuestra comida, es comida basura. Es el
resultado de una colonización metropolita que nos aplasta y ningunea, perdiendo
cultura e Historia. La isla es un desierto árido, en ella nada se produce, solo
tabaibas. De tabaibas tenemos toda la isla convertida en un bosque. Las tabaibas
cubren toda superficie. Vegetación absurdamente protegida. Alguien y algún día
programarán un corte y una quema sistemática (¡ojalá no tarde
mucho!).
El Padre
Báez.
También hay desgracias
mayores; ésta, no es menos:
“… como ve Padre
Báez es cosa para chupar, y no con leche de tabaibas... felicite a los amigos suyos y míos
y a (…) le da 20 céntimos para que me llame, que somos compañeros de echadura...
(…). Padre Báez, en la azotea de casa tengo una tabaiba, pero de las de leche
buena, no de la otra. Creo que esa la cogió mi padre en (…) en aquellos tiempos
donde había mala leche… Abrazos (F [P])”.
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