viernes, 31 de enero de 2014

explosión ganadera


Por favor… ¡permítanme otro!

 

Y es que si callo, reviento: que cada día se suicida en esta bendita tierra -maldecida por sus políticos-, un pobre o desgraciado hombre; pero, nadie te lo cuentan, ni te lo dicen (la prensa la tienen comprada los políticos), no sea que se copien y los imiten. Entiendo, que callarlo, es hacerse cómplice, y al menos, me libero de eso. Y es que si ayer les puse un par de ejemplos, hoy solo uno, para no cansarles, y me vuelvo al trabajo que tengo entre manos: “Los tres siglos de la otra Historia de Telde”, que va y me entra por Internet, por correo electrónico, la información que envía el cabildo del Gran Tabaibal, exactamente desde agricultura-ganadería-pesca-patrimonio y aguas (aguas que se recogen de los pinares,  y que son tantas que rebosan las presas y corren por los Barrancos de enero a diciembre a cauces llenos), que la llamada extensión (que contrariamente aunque se llama extensión, limita y reduce todo lo agrario o del campo -que es lo mismo-), y dice que: si usted, para matar el hambre y no suicidarse, piensa en explotar (¡no a bombas, sino con leche su casa!), poniendo algunos animalitos (¡de Dios!), tiene que registrar esa operación o decisión, y a tal fin te recuerdan, que debes, que tienes, que hacer, o realizar -dicho más finamente- la declaración cada año, de forma obligatoria, del censo o número de brutos (bruto: animal en latín y castellano antiguo) que tengas: gallinas, conejos, cochinos, ovejas, vacas, cabras (estas pobres últimas son las que según el cabildo se comen los cedros, y las sabinas, y los pinos, razón por las que hay que encerrarlas y no dejarlas comer hierba, sino piensos [siendo la verdad que, si una cabra mordisqueara una rama de los citados, moriría en el acto reventada, y es que explota -como dicen ellos-, cosa que jamás ha sucedido, y ello por el veneno de dichos árboles]), pues hay que tenerlas en corrales, cuando no matarlas si son guaniles o andan sueltas por los riscos, que son sus lugares preferidos y al sol, y que la cosa esa (censarlas), tienes que hacerlo -¡y pobre de ti, como te descubran sin haberlo hecho!-, y que para ello, tienes que pasar por el registro general de explotadores (y eso es verdad: explotan al que cogen con un cabresto arrastrando a algo con cuernos), ganaderos del Tabaibal (antes Canarias), pero te lo dan en abreviatura: ¡vaya usted al REGA! He dicho rega, y no a regar, ni al riego…,  y tienes hasta el día último de febrero para ultimar el listado y número de animales, para ellos saber cuántos cuernos tienes,  o censo, o cabezas posees. Pues, según me cuenta un amigo, que me felicita por lo de ayer, y le cuento lo de hoy: “¡eso es amedrentar a la gente, meterles miedo, pa que nadie ponga ni tenga animales, huyendo de las multas, y sin saber a donde ir, al no poder comer de la agricultura, ni de la ganadería, y en paro forzoso, tendrán que ir a Cáritas, o suicidarse, y eso por culpa de ellos, que no permiten tocar la tierra, ni tener un animal que les de leche, pues lo tienen todo controlado”, y es que la cosa viene de europa y pasa por la nación, y llega a esta arruinada isla, donde no se puede tener una cabra sin registrar, ni plantar un saco papas, a no ser que tengas un contable que te lleve el listado claro de todas las operaciones -trazabilidad, lo llaman ellos-. ¿No se va a matar cada día uno, aunque no te los cuenten? Confróntese Canarias-semanal.org:

CANARIAS: SANGRÍA DE SUICIDIOS POR CAUSA DE LA CRISIS

 

TRES MILLONES DE NIÑOS EN RIESGO DE POBREZA O EXCLUSIÓN SOCIAL

 
 
 

Salimos por casi los mismos días del año al año, es decir 365 suicidios al año, y no por salud, afectos y cuernos, sino por los otros cuernos, el de las cabras (y otro tanto digamos de las ovejas); ¡muchísimos menos que los muertos por accidentes en las carreteras, gripes, de género, etc.,  u otros, que nos los cuentan todos los días hasta marearnos, callando a los otros que son muchísimos, pero muchísimos más!

¡Viva la prensa libre que tenemos!

 

El Padre Báez.

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